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TEOLOGIA SISTEMATICA
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Cuando hablamos de teología, hablamos de las cosas acerca de Dios expresando sus pensamientos por medio de la Biblia, la revelación escrita. La palabra “teología”, de la raíz griega theos que quiere decir Dios y Logos que significa Verbo, palabra, Doctrina, estudio, razonamiento.

Es, pues, la teología, el estudio de las cosas de Dios y puede incluir trasfondos históricos, defensa de la fe, exegesis y apologética, poniendo cada pensamiento en orden y de forma sistematizada. Etc. Esto es lo que llamamos teología sistemática.

1. La Biblia es la palabra de Dios

 

Cualquier lector que tenga la oportunidad de leer la Biblia se dará cuenta que está leyendo un libro diferente y fuera de lo común. Aunque toda la información contenida en la misma cubre miles de años de la historia de la raza humana y escrita por más de cuarenta escritores, la Biblia no es una simple colección de datos históricos, sino  un libro que contiene una extraordinaria  continuidad. Se le llama «La Biblia», de la palabra griega biblos, que significa «biblioteca», «Los libros». Esta extraordinaria característica se debe a la realidad de que es verdaderamente la Palabra de Dios, aunque haya sido escrita por escritores humanos.

 

Existen dos evidencias que apoyan que la Biblia es la Palabra de Dios:

 

1)                 La evidencia interna: los hechos que se encuentran en la Biblia misma y la afirmación de la Biblia misma que declara  su origen divino. 

 

2)         La evidencia externa: la naturaleza de los hechos que relata la Escritura y que confirma un  carácter sobrenatural.

 

A. Evidencia interna

 

Una gran cantidad de textos en las Sagradas Escrituras declara o afirma que la Biblia es la Palabra de Dios.

(Dt. 6:6-9, 17-18; Jos. 1:8; 8:32-35; 2 S. 22:31; Sal. 1:2; 12:6; 19:7-11; 93:5; 119:9, 11, 18, 89-93,97-100, 104-105, 130; Pr. 30:5-6; Is. 55:10-11; Jer. 15:16; 23:29; Dn. 10:21; Mt. 5:17-19; 22:29; Mr.13:31; Lc. 16:17; Jn. 2:22; 5:24; 10:35; Hch. 17:11; Ro. 10:17; 1 Co. 2:13; Col. 3:16; 1 Ts. 2:13; 2 Ti. 2:15; 3:15-17; 1 P.1:23-25; 2 P.3:15-16; Ap. 1:2; 22:18).

 

Las Sagradas Escrituras afirman de diversas formas, que la Biblia es la Palabra de Dios y que su declaración es clara e inmutable aunque los escépticos no la acepten.

La declaración constante de los escritores del Antiguo Testamento y los del Nuevo, como también Jesucristo mismo, es que la Biblia es la Palabra inspirada por Dios.  Ejemplo, el Salmo 19:7-11 declara que la Biblia es ciertamente la Palabra del Señor, y nombra seis perfecciones, con sus seis correspondientes transformaciones de carácter humano, que la Palabra cumple.

 

Jesucristo dijo que la Ley debe ser cumplida (Mt. 5:17-18). En Hebreos 1:1-2, nos declara y confirma que Dios habló en el Antiguo Testamento a los profetas con palabra de Dios, sino que también lo hizo Su Hijo en el Nuevo Testamento.

La Biblia sólo puede ser rechazada si se niegan sus constantes declaraciones de ser la Palabra de Dios.

 

B. Evidencia externa.

 

La Biblia no sólo confirma y declara ser la Palabra de Dios, sino que apoya estas declaraciones  por las abundantes evidencias que han convencido con frecuencia incluyendo  a lectores ateos, o sea aquellos que un día decían que Dios no existía, pero que cuando se encontraron sumergidos en las páginas de las Escrituras no tuvieron más alternativa que aceptar la realidad que la Biblia es la Palabra de Dios.

 

1.    La continuidad de la Biblia.

 

Lo más fascinante y sorprendente respecto a las Sagradas Escrituras es que, aunque fueron escritas por más de cuarenta autores que vivieron a lo largo de un período de más de 1,600 años, la Biblia es un Libro y no una simple colección de 66 libros. Los  escritores de este maravilloso Libro proceden de diversos lugares y situaciones de la vida; entre ellos hay reyes, campesinos, filósofos, estadistas, pescadores, médicos, eruditos, poetas y agricultores. Fueron personas que vivieron en diferentes culturas, y experimentaron diferentes experiencias, y con frecuencia fueron completamente distintos en carácter. La Biblia tiene una continuidad que puede ser observada desde Génesis hasta el Apocalipsis.

 

La continuidad de la Biblia puede ser observada y constatada en su secuencia histórica comenzando con la creación del mundo hasta la creación de los nuevos cielos y la nueva tierra.

El Antiguo Testamento revela temas doctrinales tales como la naturaleza de Dios, la doctrina del pecado, la salvación y el programa y propósito de Dios para el mundo como un todo, para Israel y para la Iglesia. La doctrina se presenta progresivamente desde sus principios en forma de introducción, hasta su completo desarrollo. Uno de los temas continuos de la Biblia es la anticipación, presentación, realización y exaltación de la persona más perfecta de la tierra y los cielos, o sea, nuestro Señor Jesucristo. Esta declaración tan fascinante de la Biblia, y su continuidad de desarrollo, debe verse mas como un milagro por ser la inspiración y revelación misma de Dios.

 

2.   La extensión de la revelación bíblica.

 

En esta verdadera manifestación, la Biblia es inextinguible. Al igual que un telescopio, penetra la inmensidad del universo desde las infinitas alturas de los cielos, y captanco las obras de Dios desde el principio hasta el fin. Tambien podemos compararla a un microscopio  revelando los más diminutos detalles del plan y el propósito de Dios en la obra de la creación. De una forma parecida los libros de la Biblia fueron escritos en los comienzos del conocimiento humano, en una época en que sus autores ignoraban totalmente  los descubrimientos modernos, sin embargo, lo que ellos escribieron, nunca ha sido contradicho por los descubrimientos posteriores, y los escritos antiguos de la Biblia se encuentran  sorprendentemente adaptados a situaciones modernas. En el extenso contexto de su revelación, la verdad de las Escrituras alcanza horizontes insospechados que van más allá del conocimiento humano por ser la revelación del Espíritu alcanzando, como en realdad lo hace, desde la eternidad del pasado, a la eternidad del futuro, revelando hechos que sólo Dios puede conocer. No existe ningún libro en todo el planeta tierra que haya intentado presentar la Verdad de un modo comprensible como lo hace este maravilloso libro llamada, la Biblia.

 

3.            La influencia de la Biblia. 

 

En la historia, no ha existido ningún otro libro, ni tampoco existirá jamás, un libro que se haya publicado en tantas lenguas e idiomas, para diferentes pueblos y culturas, como la Biblia. Sus páginas se encuentran entre las primeras que han sido impresas cuando se invento la imprenta. Son millones de copias de las Escrituras que  han sido publicadas en todas las principales idiomas del mundo, y no existe una sola lengua escrita que no tenga, por lo menos, una parte impresa de la Biblia. Aunque han existido  escépticos, que han predicho con frecuencia que la Biblia quedaría relegada al olvido en el paso de una generación, e incluso autores del siglo XX han pronosticado que la Biblia pronto sería un libro olvidado, la verdad es que la Biblia continúa publicándose en un mayor número de lenguas que antes y su publicación sigue en aumento. En esta época moderna, la influencia de la Biblia continúa su ritmo de difusión incesante. Para los no salvos es la «espada del Espíritu» (Ef. 6:17) y para los salvos es un poder efectivo y santificador que limpia de toda mancha (Jn. 17:17; 2 Co. 3:17, 18; Ef. 5:25, 2ó). La Biblia sigue siendo la única base divina para la ley y la moral.

 

4. La Biblia y su contenido.

 

Se puede apreciar el carácter sobrenatural de la Biblia en el hecho de tratar libremente con lo desconocido, y que solo puede ser revelado por medio del Espíritu, como también con  aquello que es conocido. Describe con detalles la eternidad en el pasado, incluyendo la creación antes de que el hombre llegara a existir. Al mismo tiempo revela la naturaleza y la obra de Dios. Las profecías bíblicas revelan la totalidad del programa divino para  el mundo, para Israel y para la iglesia que es eterna. Cada materia describe sus hechos y declaraciones de forma concreta siendo confirmadas por el tiempo y la historia. La naturaleza entendible de la Biblia ha hecho de sus lectores personas inteligentes y sabias en la verdad que se relata en el tiempo como en la eternidad.

 

5. La Biblia como literatura.

 

La Biblia es considerada como obra literaria y al mismo tiempo como algo supremo.  Contiene, no solamente la historia gráfica, sino también la profecía en detalle. En ella encontramos la más bella poesía y drama con relatos de amor y de guerra, y todo lo que se relaciona con la verdad bíblica incluyendo las especulaciones filosóficas. La diversidad de sus autores está contrastada por la multiplicidad de sus materias y la variedad de sus producciones. Ningún otro libro de literatura tiene tantos lectores apasionados de todas las edades como de todos los niveles académicos.

 

6. La Biblia y su autoridad sin prejuicios.

 

La personalidad de los autores de la Biblia, carece de prejuicios en favor de la humanidad. La Biblia registra, sin vacilar, el pecado y la debilidad de los mejores hombres, y advierte a todos aquellos que confían en sus propias virtudes de su condenación final. Aunque la Biblia está escrita por humanos, es un mensaje de Dios para el hombre. Aunque a veces habla de cosas terrenales y de experiencias humanas, también declara con autoridad cosas de los cielos como de la tierra, visibles o invisibles; y al mismo tiempo revela hechos de Dios, de los ángeles, de los hombres, del tiempo, de la eternidad; de la vida, de la muerte, del pecado, la salvación, del cielo y del infierno. Un libro como la Biblia no podría haber sido escrita por el hombre, si hubiera tenido que elegir hacerlo, y si hubiera podido, no habría querido hacerlo bajo la dirección de Dios. Es por eso, que la Biblia, aunque fue escrita por hombres, es un mensaje que procede de Dios, con la certeza, la seguridad que proporciona Dios.

 

7. La Biblia y su carácter supremo.

 

Después de todo lo que hemos dicho hasta aquí, el contenido la Biblia es sobrenatural que revela la persona y la gloria de Dios manifestada en Su Hijo Jesucristo. El Señor Jesucristo, jamás pudo haber sido la invención de una persona, ya que Su carácter y personalidad nunca podrían haber sido comprendidas por los hombres más inteligentes y sabios de este planeta tierra. El carácter supremo de la Biblia está apoyado por la revelación del carácter supremo en la persona de Jesucristo.

La combinación de las cualidades sobrenaturales y procedentes del hombre que entran en la composición de la Biblia, se puede observar una similitud entre la Biblia como la Palabra escrita y el Señor Jesucristo como el Verbo viviente. Las dos son sobrenaturales en origen, presentando una mezcla inescrutable y perfecta de lo que es divino y de lo que es humano. Al mismo tiempo ambas ejercen un poder de transformación sobre todo aquel que cree.

 

Las revelaciones en la Biblia son igualmente simples como la capacidad mental de un niño, y al mismo tiempo tan complejas como los infinitos tesoros de la sabiduría y la ciencia (conocimiento) divino, que solo puede proceder por medio del Dios que lo ha revelado.

 

Bendiciones.

Hno. Fredy Monterroza

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