Existen
casi cuatro mil manuscritos griegos del Nuevo Testamento, se pueden dividir en tres clases principales: papiro, unciales,
y minúsculas.
a.
Papiro. La mayoría de los manuscritos importantes en papiro han sido descubiertos de 1930 hasta esta fecha. De modo que esta
fase de la crítica textual es totalmente nueva.
Se
conocen alrededor de 53 fragmentos del Nuevo Testamento. Los más importantes son los papiros "Chester Beatty" de origen ingles,
quien tuvo la dicha de obtener algunos pliegos antiguos de papiro de Egipto a fines de 1930 y principios de 1931.
En
la antigüedad los rollos de pairo era el vehículo más importante para transmitir y conservar el conocimiento humano, pero
no solo se empleaba para la escritura, sino que también se usaba la planta de papiro para construir barcas y con su
corteza se construían las velas de navío.
Nuestros
primeros manuscritos de piel datan del siglo IV. Estos fueron formados de piel de animales, las cuales eran convertidas
en hojas finas y lisas a través de un minucioso proceso.
La tarea
de los papirólogos consiste en estudiar todos los textos antiguos, como descubrir, conservar, identificar y publicar
los manuscritos antiguos. A pesar del nombre que les ocupa (Papirología) también se encargan del estudio de textos antiguos
en pergaminos, vitela, cuero y otros materiales.
b.
Unciales. La palabra uncial "significa literalmente de una pulgada de alto". Así se llaman a estos manuscritos porque
están escritos en letras grandes y cuadradas. El material es vellón (piel de un ovino) y datan del cuarto al décimo siglo.
De este tipo de material existen todavía alrededor de doscientos manuscritos y los dos mas antiguos son el Vaticanus y el
Sinaiticus que datan del siglo IV.
c.
Minúsculas. De estos manuscritos hay alrededor de 2,400 que los eruditos conocen. Ya que datan del fin de la edad media o
sea del siglo noveno al siglo decimoquinto, los cuales tienen mucho menos valor que los unciales. A las minúsculas también
se les llama "cursivas" por estar escritas en un estilo de ese tipo, con palabras tras palabras, letras que frecuentemente
están juntas.
A
veces se oye que hay "miles de lecturas alternativas o diferentes en los manuscritos griegos del Nuevo Testamento". Técnicamente
es verdad. Pero en la realidad, la vasta mayoría de esas variaciones no tienen importancia alguna, puesto que las diferencias
son nada más asuntos de ortografía o de forma gramatical. Las variaciones verdaderamente significativas llegan solamente a
"una milésima parte de todo el texto. En las palabras de Hort vemos; y ninguna de esas variaciones afecta adversamente
asuntos de doctrina. Puesto que tenemos alrededor de 4,000 manuscritos del Nuevo Testamento griego, completos o en partes,
no necesitamos sentir la más mínima inquietud en cuanto a si poseemos un texto básicamente fidedigno que se aproxima sumamente
al original exacto.