He aquí
que mi siervo triunfará. Será engrandecido y exaltado, y será muy enaltecido.
Fue despreciado
y desechado por los hombres, varón de dolores y experimentado en el sufrimiento. Y como escondimos de él el rostro, lo menospreciamos
y no lo estimamos.
Ciertamente él llevó nuestras
enfermedades y sufrió nuestros dolores. Nosotros le tuvimos por azotado, como herido por Dios, y afligido. Pero él fue herido
por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos
nosotros sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino. Pero Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros. El fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero;
y como una oveja que enmudece delante de sus esquiladores, tampoco él abrió su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo,
y le hirió. Cuando se haya puesto su vida como sacrificio por la culpa, verá descendencia. Vivirá por días sin fin, y la voluntad
de Jehová será en su mano prosperada. ISAÍAS 52:13; 53:3-7, 10
Pasajes
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8:26-39; 1 PEDRO 2:21-25
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