Por tanto, tú eres grande, oh Jehová Dios; porque no hay nadie como tú, ni hay Dios aparte de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.

¿Y qué otra nación hay en la tierra como tu pueblo Israel, al cual Dios fue para rescatarlo como pueblo para sí, a fin de darse renombre y hacer a favor de él hechos grandes y temibles, al expulsar las naciones y sus dioses ante tu pueblo que rescataste para ti de Egipto? Has establecido para ti a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, has llegado a ser su Dios. (2 Samuel 7.22.24)

Nuestro Dios es Dios de salvación; de Jehová el Señor es el librar de la muerte. (Salmo 68.20)

Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, mi seguridad desde mi juventud. (Salmo 71.5)

Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; pues tú destruirás a todo aquel que se prostituye apartándose de ti.

En cuanto a mí, la cercanía de Dios constituye el bien.

En el Señor Jehová he puesto mi refugio para contar todas tus obras. (Salmo 73.27-28)

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