Entonces Job respondió a Jehová y dijo:
Reconozco que tú todo lo puedes, y que no hay plan que te sea irrealizable.
“¿Quién es ese que encubre el consejo,
con palabras sin entendimiento”?
Ciertamente dije cosas que no entendía,
cosas demasiado maravillosas para mí, las cuales jamás podré comprender.
Escucha, por favor, y hablaré: “Yo
te preguntaré, y tú me lo harás saber.”
De oídas había oído de ti, pero ahora
mis ojos te ven.
Por tanto, me retracto, y me arrepiento
en polvo y ceniza.
Y aconteció, después que Jehová habló
estas palabras a Job, que Jehová dijo a Elifaz el temanita: Mi ira se ha encendido contra ti y tus dos compañeros, porque
no habéis hablado lo recto acerca de mí, como mi siervo Job. Ahora pues, tomad para vosotros siete toros y siete carneros,
he id a mi siervo Job y ofreced holocausto por vosotros. Entonces mi siervo Job orará por vosotros, porque a él atenderé para
no trataros con afrenta. Porque no habéis hablado lo recto acerca de mí, como mi siervo Job.
Entonces fueron Elifaz el temanita, Bildad
el sujita y Zofar el namatita, e hicieron como Jehová les había dicho. Y Jehová atendió a Job.
Jehová restauró a Job, cuando él oraba
por sus amigos, y aumentó Jehová al doble todo lo que había pertenecido a Job. (JOB 42.1-10)
Lea estos pasajes
relacionados:
SALMOS 17.37; MATEO 5.1-6; SANTIAGO 5.11
Volver a Febrero