Y al hombre dijo: Porque obedeciste la
voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: “No comas de él”, sea maldita la tierra por tu
causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con
el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo
volverás.
El hombre llamó el nombre de su mujer
Eva, porque ella sería la madre de todos los vivientes. Luego Jehová Dios hizo vestidos de piel para Adán y para su mujer,
y los vistió. Y Jehová Dios dijo: —He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y
el mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. Y Jehová Dios
lo arrojó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado. Expulsó, pues, al hombre y puso querubines
al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol
de la vida. (GÉNESIS
3:17-24)
Porque así como en Adán todos mueren,
así también en Cristo todos serán vivificados. (CORINTIOS 15:22)
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relacionados:
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