mired1.gif

Cantaremos
Inicio
Declaración de fe
Estudios
Estudios Powerpoint
Biblioteca
Escatología
Reflexiones
Origen y Desarrollo de la Biblia
Máximas y Refranes
De Buen Humor
La Biblia al Minuto
Facebook
La Biblia en Internet
Contáctenos

¡Y CANTAREMOS  NUEVA  CANCIÓN

EN TIERRA  DE  BENDICIÓN!

 

Ante las cosas difíciles nos preguntamos: ¿Puedo confiar en Dios? Pero la pregunta adecuada sería:

 

¿Puede Dios confiar en mí?

 

Porque nadie en el mundo nombra administrador de lo suyo a alguien que no es digno de confianza, ¿y por qué pensar que Dios lo haría? Los gerentes en las empresas no sólo esperan de un administrador que les comuniquen los problemas, sino que le digan qué soluciones ha encontrado para los tales.

 

Y Dios NO ESPERA  MENOS  DE  SUS  ADMINISTRADORES.

 

El mundo natural tiene leyes que nos enseñan cómo conducirnos en el mundo espiritual, donde Dios gobierna.

 

Las leyes del mundo espiritual no son distintas a las del mundo natural. Tienen el mismo orden, lo que cambia es el Amo. Por lo tanto, no hay nada místico en la fe, la fe es muy práctica, tan práctica como lo es el orden en el mundo natural.

 

El misticismo no es nada práctico, porque es el mundo donde el hombre se encierra en su fe, la convierte en algo egocéntrico y vive en una nube, alejado de la realidad que lo rodea.

 

De hecho, en la historia del mundo hubo momentos en los cuales ser santo era sinónimo de encerrarse en un claustro. Tal práctica es totalmente contraria a la fe en Dios, al estilo de vida de Jesucristo, quien desarrolló su ministerio viviendo en medio de los problemas de la gente para satisfacerlos. Si nuestra fe no nos sirve para servir, es una fe que no sirve para vivir. Esta frase está inspirada en el dicho de la madre Teresa de Calcuta:

 

El que no vive para servir,

¡¡¡¡no sirve para vivir!!!!!

 

La fe implica acción, y no misticismo. Por eso Santiago dice: ¡La fe sin obras es muerta!

 

Mi oración es que la Iglesia de Jesucristo pueda edificar el mundo mediante una fe práctica, tal como lo hizo Jesucristo. Él nos ha llamado a seguir Su estilo de vida, y no el estilo de vida elegido por los hombres o por los líderes religiosos.

 

El estilo de vida de Jesús no tiene parangones ni similitud alguna con el estilo de vida de ningún hombre. No podemos vivir el cristianismo siguiendo el ejemplo de los líderes religiosos, sino haciendo que las enseñanzas de Jesucristo ocupen el centro de nuestra vida y, cada día, nos conformen a la imagen de Jesucristo.

 

¡A eso le llamó Jesús vivir en libertad!

Las leyes de los hombres nos atan a sistemas que, a veces, están lejos de los propósitos de Dios y nos llevan a frío legalismo que termina con nuestra fe. Pero la Palabra de Dios nos lleva a vivir en la libertad del Espíritu Santo, el cual nos guía conforme a los planes de Dios para nosotros y para aquellos que nos rodean.

 

No deje que nadie le robe la libertad

 que Cristo nos ha comprado en la cruz,

porque sólo

si el Hijo nos libertare,

seremos verdaderamente libres.

 

Las naciones están atadas al mundo de las tinieblas porque los hombres han escrito sus nombres sobre el fundamento de las naciones. Pero éste es el tiempo en que Jesucristo va a escribir Su nombre sobre el fundamento de las naciones y sobre la vida de sus habitantes para cumplir con el propósito para el cual ha creado Su mundo:

¡Reunir todas las cosas en Cristo!

 

Ése es el propósito último de la creación. La gloria postrera será distinta a todas las anteriores porque:

 

1.      Dios se moverá en cada nación conforme a su cultura, hábitos y costumbres. No será algo uniforme, sino tan variado como naciones hay sobre el planeta tierra.

 

2.      Dios será el Rey en cada nación, Él va a guiarlas según su propósito. Cada nación tendrá su propia experiencia espiritual, Su propio río y Su propia identidad.

 

3.      Será el día en que ninguno enseñará al hermano, sino que todos seremos enseñados por Dios. ¡Nunca hemos visto algo así! Pero esta gloria final será la consumación perfecta del sacrificio perfecto de Cristo.

 

Es algo inimaginable, que no ha subido jamás

al corazón de los hombres,

pero que estuvo en el corazón de Dios cuando decidió enviar

a Su Hijo al mundo para morir por todos.

 

Produce la adrenalina que cualquier aventura genera,

pero al final de la aventura todos están contentos y se gozan

por haber gustado lo desconocido.

 

Porque Dios ha escrito en el corazón de los hombres,

la necesidad de tal adrenalina para llevarles a cumplir Sus planes.

 

El cristianismo dentro de las paredes de un templo, jamás estuvo en la mente de Dios. Los templos deben servir como cuarteles de adiestramiento para la batalla diaria de la fe en Cristo.

 

¡Dios le bendiga muy ricamente!

 

Nilda E. Sassaroli

 

Volver a estudios