Escrito por Edwin
Lemuel Ortiz
Mentalidad de un bendecido. Toda bendición trae bendición; es decir, el que actúa bien y desea el bien,
es bendecido y por lo tanto su vida va por buen camino. Esto se relaciona directamente con la actitud con que vayamos por
la vida, la manera en que tomemos tanto las cosas buenas que nos pasan, como las malas.
Todos tenemos una estructura
mental, esto viene desde que nacemos y nos crían dentro de una raza, una situación social o económica. Es decir, todo el entorno
en el que nos tocó vivir desde que nacemos, forma nuestra mentalidad, y Dios nos quiere con la mentalidad correcta, con mentalidad
de Bendecidos.
Un ejemplo de esto es que si nosotros crecemos con la idea de que no somos capaces de lograr objetivos
y nuestra memoria solo tiene recuerdos de fracasos; nuestra mentalidad entonces se dirige hacia que somos incapaces de lograr
lo que nos proponemos. Este es el tipo de cosas que Dios quiere que cambiemos de nuestra mentalidad. Pensar positivo y desear
cosas positivas a los demás, es tener mentalidad de bendecido.
Pero cambiar nuestra mentalidad no es algo sencillo
dado que hemos crecido con ella. La mente tiene que ser bombardeada constantemente con palabras de fe, hasta que la vieja
mentalidad sea cambiada por la mente de Cristo. Aquí tienes cinco características de las personas que tienen mentalidad de
bendecido:
I.-Somos bendecidos antes de tener cosas. Es común pensar que si logramos comprar una casa o un coche, fuimos
bendecidos por Dios. Pero esto es un error, ya que antes de comprar esos bienes materiales, ya éramos bendecidos y como consecuencia
logramos comprarlo. Un ejemplo más claro es cuando un ángel le dijo a María; "Bendecida, tendrás al Salvador"; María no fue
bendecida por parir a Jesús, sino que fue elegida para parirlo porque era bendecida.
II.-Todo será cambiado para bien.
La vida no es justa y ser bendecidos no significa que no vamos a pasar por problemas. Las cosas malas que nos suceden en la
vida deben servirnos para aprender algo nuevo, cambiar algo de nuestra forma de ser o actuar con los demás. Dios siempre tiene
un propósito para nosotros, y ese propósito va encaminado a que crezcamos en la fe y en espíritu. Dios cambiará el dolor en
bendición, transformará el lamento en baile, cambiará lo malo en bueno.
III.-El Señor cambiará el dolor en don. El
Salmo 84 dice que David lloró y sus lágrimas hicieron un pozo, pero ese pozo de dolor es una fuente para que otros beban.
Todos los dolores que sufrimos hacen un pozo en nuestra vida, pero Dios lo llenará de su agua y será un don para ayudar y
bendecir a otros. Dios hará señal de autoridad de todos nuestros dolores para que digamos "Sí fui maltratado"," fui despreciado",
"fui abandonada"; pero ahora ese dolor es una cicatriz sanada, ya no duele". Y con el dolor que sufrimos y fue sanado, podremos
enseñar o ayudar a los demás a que tengan fe y que todo dolor, Dios lo cambiará por un don.
IV.-Cambiará el "no" a
nuevos caminos. Hay circunstancias en la vida en las que nos desanimamos porque alguien nos dice "no". Un ejemplo muy común
es cuando pedimos un trabajo y nos dicen "no tenemos plazas vacantes" o "no tienes el perfil para el puesto", en fin, escuchar
un "no" nos desanima. Pero debemos pensar de forma positiva, ya que por cada "no" que recibimos, Dios tiene preparado para
nosotros otro camino. En otras palabras, si estamos esperando que una situación ocurra en nuestra vida, y el resultado es
contrario al esperado, debemos seguir adelante pues como dicen por ahí "si no se dio es porque no era lo mejor para ti". Es
difícil entender y aceptar esta situación, pero teniendo fe en Dios y confiando en que lo que no estaba en nuestras manos
lo confiamos a las suyas, más adelante nos daremos cuenta que venía algo nuevo y mejor.
V.-Cambia a los enemigos por
amigos. Tener rivalidades o enemistades con alguien sólo nos lleva a ensuciar y amargar nuestra alma. Perdonemos de corazón
a quien nos hizo daño, debemos hacerlo por nosotros mismos y por nuestra salud espiritual. Al pensar de esta manera alejaremos
lo negativo de nuestra vida y lograremos atraer sólo cosas positivas, gente positiva que aporte algo a nuestra vida y se convierta
en amigo. Cuando un enemigo sale de nuestra vida, un amigo entra. Porque Dios sacará a la gente equivocada y pondrá a la gente
correcta.
Tener mentalidad de bendecido es tanto desear lo mejor a los demás y desearles bendiciones, como también
aceptar las bendiciones que los demás dirigen hacia nosotros. Es tan simple como aceptar un regalo, una invitación o simplemente
un buen consejo. Aceptar las bendiciones de los demás ayuda a que fluyan las relaciones ya que el que nos está regalando sus
bendiciones, es un ser bendecido.
Debemos hacer a un lado los obstáculos que nos impiden vivir con paz en el espíritu,
dejémonos llenar de bendiciones y también bendigamos a los demás, que todo esto viene de manos de Dios.
Que Dios
los Bendiga
Álvaro Vaquero
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