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ÉTICA TEOCRÁTICA O TEOLÓGICA

 

Identifica al bien con la voluntad santa de Dios: Ética hebrea-cristiana.

Elemento común con las demás éticas: La conducta humana y sus normas.

Propósito común con las demás éticas: Elaborar un sistema de buena conducta; consideran cuestiones de vida personal y social a las responsabilidad cívicas.

Esta ética funda sus normas con el carácter de Dios tal como se revela en su Palabra.

 

PRESUPUESTOS FUNDAMENTALES

 

1) La naturaleza moral del hombre: El hombre fue creado a imagen de Dios, aun después de la caída.

2) La naturaleza de Dios: Él es Bueno

 

Mt. 19.17: El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

 

            Él Justo, el Santo de Israel.  El Espíritu Santo redarguye al hombre del pecado y le revela la absoluta justicia de Dios.

 

3) La revelación divina: Dios ha revelado su voluntad en las Escrituras.  Ley del Torah = instrucción revelada o revelación especial ligada con la elección o la redención.

 

La ley fue revelada al pueblo elegido, con el propósito de convencer de pecado la hombre y de conducirlo a Cristo

 

Gá. 3.23,24: 23Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.

 

Dios revela que ha salvado a su pueblo para que sean semejantes a Cristo en su vida moral:

 

Jn. 15.12: Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

Tito 2.14: Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Ef. 1.4: Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.

Ef. 2.10: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

1 P. 2.24: Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

 

            Pablo identifica la conducta con el fruto del Espíritu

 

Gá. 5.22: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe.

 

            Para Juan es la señal segura e imprescindible de la salvación

 

1 Jn. 2.29: Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.

 

MONOTEÍSMO ÉTICO

 

            Como Dios se distinguía de los otros dioses por su carácter moral, también su pueblo debe de distinguirse como “gente santa”

 

 

Lv. 19.2: Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.

Lv. 20.26: Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.

 

            Según los profetas la conducta justa y buena se identifica con el conocimiento de Dios

 

Jr. 9.24: Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

Is. 5.15: Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos.

 

            Lo que equivale a una compenetración íntima, marital

 

Ef. 5: 1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.3Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7No seáis, pues, partícipes con ellos. 8Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz 9(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), 10comprobando lo que es agradable al Señor. 11Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; 12porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. 13Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. 14Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. 15Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 18No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 19hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 21Someteos unos a otros en el temor de Dios. 22Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

Jn. 7.17: El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

 

            De otra manera no nos conoce:

 

Mt. 25.12: Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

 

            La voluntad divina:

 

            Propósito divino de establecer el Reino de Dios.

            El lugar del hombre, creado a la imagen de Dios:

 

Gá. 1.6-7: 6Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

 

 

            El hombre es vice-regente de Dios

 

Gn. 1.28: Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Sal. 8.6-8: 6Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: 7Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, 8Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.

 

            Autoridad que debe de ejercer justa y obedientemente a la voluntad divina.                                                  

                                        

PECADO HUMANO

 

            Rebelión a la voluntad de Dios

 

1 Sm. 15.23: Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.

 

            En el Antiguo Testamento responsabilidad moral de hombre delante de Dios justicia retributiva.

            Esta justicia revela y aumenta la responsabilidad moral del pueblo de Dios

 

Am. 3.2: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.

Bendiciones

Hno. Fredy Monterroza.

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