EL NIÑO NECESITA SENTIRSE ACEPTADO
Los niños tienen derecho a sus propios sentimientos, opiniones, deseos, e ideas. Como
padres necesitamos reconocer esas necesidades en ellos y saber como dar una respuesta adecauda en el momento preciso.
Aceptar los sentimientos de los niños es reconocer que todas las personas tienen sentimientos
que no se pueden suprimir o temer, sino entender, discutir, y trabajar con ellos si es necesario.
Al no dar importancia a sus sentimientos, podemos crear dudas y hacer que se encierren
en si mismos. El resultado es, que crecen amargados, llenos de odio y comportandose inadecuadamente.
La Biblia nos traza la fuente y naturaleza de los verdaderos principios incambiables de
la realidad:
Yo, la sabiduría, habito con la cordura, y hayo la ciencia de los consejos ... Conmigo
está el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es el poder ... Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo,
antes de sus obras. Eternamente tuve el principado, desde el principio, antes de la tierra (Prov.8:12,14,22-23).
La sabiduría que designó abarca dos dimensiones que los padres deben ayudar a sus hijos
a dominar. Los niños necesitan aprender la verdad respecto al mundo y acerca de la humanidad.
1. El mundo: la verdad respecto a la manera en que el mundo es y obra.
2. Humanidad: la verdad acerca de lo que está bien y lo que está mal y las leyes de causa
- y efecto o conducta y consecuencia.
La verdad incluye no solamente los hechos neutrales aceca del mundo, sino también las
leyes morales y éticas que Dios estableció para governar las relaciones humanas.
Hay dos grupos opuestos de sabiduría: uno de Dios, que es verdad; y otro del mundo, que
es falso aun cuando muestre credeciales impresionantes. La Biblia nos advierte de la peligrosa información de este último
debido a que abunda y los niños ingenuos lo ingieren con facilidad.
¿Donde está el sabio? ¿Donde está el erudito? ¿Donde está el filósofo de esta época?
¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría de este mundo? como en la sabiduría de Dios el mundo no le conoció mediante
su propia sabiduría, quiso Dios, mediante la necedad que se predica, salvar a los que creen (1Co. 1:20-21)
La sabiduría del mundo es falsa por lo tanto es necesario saber elegir entre lo bueno
y lo malo, saber dirigir a nuestros hijos en el camino correcto.
La vardad de la Biblia provee la fuente de la sabiduría que puede sanar su corazón y ayudarle
a conformar su conducta a una manera que sea agradable a Dios.
Los niños son aprendices natos pero pueden aprender las cosas malas, si como padres no
nos interesamos en ellos para que aprendan las verdades que hay en Cristo.
Cuando la conducta de los padres es guiada por el temor, las emociones o la irracionalidad,
perdemos la oportunidad de que las relaciones entre padre e hijos sean constructivas y positivas. Por lo tanto debemos buscar
la dirección a través de la Palabra de Dios para ayudarnos a nosotros mismos como también a nuestros hijos.
Que Dios te bendiga mi amado hermano, recuerda que nuestros pequeños hijos son seres humanos
y merecen todo el respeto que les podamos dar.
Hno. Fredy Monterroza
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