Y
ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos sino críenlos en la
disciplina e instrucción del Señor. (Efesios: 6:4) NBH
Para
nosotros los padres es de mucho gozo saber que cada mañana la relación con nuestros hijos va a ser positiva y que les ayudará
a ellos a crear un carácter firme en sus vidas. Saber que nuestros hijos crecerán emocionalmente sanos, es motivo de satisfacción
que no importa lo que suceda durante el día, nuestra conducta y acción hacia ellos debe ser consistente y positiva. Debemos
dejar a un lado todo lo que nos abrume y nos frustre, ya que lo más importante es el futuro de nuestros pequeños hijos, que
un día serán los futuros ciudadanos de la nación. Ellos reflejarán la clase de educación que los padres les hayamos brindado.
Cuando
el día termina debemos preguntarnos “Que tan bien tratamos, aconsejamos, guiamos
y corregimos a los hijos”. Que maravilloso es ir la recamara y dormir sabiendo que en el transcurso del día hicimos
lo correcto, sin sentirnos culpables por algún daño que se pudiera haber hecho en la vida de esos pequeñitos que Dios nos
ha prestado para educarlos de la mejor manera posible.
Crecer
en un ambiente seguro para que se sienta amados y protegidos, esto se alcanzará si los padres viven en armonía y amor. La historia cuenta lo siguiente: “Los padres del hijo mayor se encontraban haciendo
preparativos para la boda de su hijo mayor. Una niña pequeña de 5 años, oyendo la conversación que sus padres tenia respecto
al matrimonio preguntó a su madre: ‘Mami que dicen los novios cuando se casan’, su madre le respondió: ‘se
prometen amarse, respetarse, y ser siempre amables y cuidadosos por la felicidad de los dos’. La niña que había visto
muchas de escenas desagradables entre sus padres, reflexionó un momento y dijo: ‘Entonces, mamá ¿verdad que tu y mi
papá nunca se han casado”?
Es
triste pero esta anécdota no es ficción, es una realidad; en muchos hogares nuestros hijos no pueden percibir eso que un día
une a una mujer y a un hombre en matrimonio. Las promesas que se hacen de cuidarse y amarse en toda condición, ya sea de felicidad,
de prosperidad, salud o enfermedad, en abundancia o escasez. Todo eso lo olvidan y los problemas es lo que mas se percibe
en el hogar y los niños son los que sufren las consecuencias porque muchas veces esos problemas afecta su estabilidad emocional,
su autoestima y crecen prácticamente destruidos emocionalmente creyendo que el hogar es en realidad lo que ellos han visto
durante su niñez y cuando ellos forma el nuevo hogar se envuelven en los mismos problemas creyendo que eso es norma. Que lastima
porque los padres no pudieron forman de esos niños hombres y mujeres de beneficio. Muchos niños se meten en las drogas, en
las pandillas, se ven involucrados en crímenes que luego tienen que pagar con encarcelamiento por muchos años. Que lastima
porque como padres nuestro deber es hacer de nuestros hijos lo mejor.
La
educación y la crianza de los niños es un arte que implica mantener un equilibrio en dos áreas que control y libertad.
Los
niños para sentirse protegidos y seguros deben tener limites, cuando no los tienen que expuestos a los peligros e impulsos
de su inexperiencia. Por otro lado cuando hay demasiados limites la disciplina o el castigo es excesivo y los niños se confunden
y no aceptan la seguridad que da la autodisciplina. Ellos necesitan un ambiente positivo, de armonía donde los padres sepan
comunicarse y vivan bien, que se protejan mutuamente y que constantemente muestren su amor y cariño con palabras y acciones.
Como
padres debemos dialogar con nuestros hijos acerca ciertas conductas que son inadecuadas y que traen consecuencias indeseables
y dolorosas en la vida.
Como
padres nuestro mayor objetivo es hacer de nuestros hijos buenos ciudadanos y transferir a ellos como la próxima generación
el control de la civilización. Este es el fin de nuestra tarea como padres que ellos sean ejemplos en los valores morales,
espirituales dentro de la sociedad, que sean personas responsables. Cuando se es responsable se tiene el control de la vida.
Como personas responsables dirigimos nuestra vida para el beneficio de la nación, de la sociedad y del gobierno.
Los
padres debemos ser íntegros a la preparación de los niños para que tengan éxito en la vida, la Biblia dice respecto a nuestros
hijos lo siguiente: “Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque
esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento
con promesa), para que te vaya bien,
y para que tengas larga vida sobre la tierra”. (Ef. 6:1-3). Dios aconseja
a los hijos a ser buenos y obedientes con los padres.
Pero
también dice respecto al padre y su comportamiento con los hijos lo siguiente: “Y
ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos sino
críenlos en la disciplina e instrucción del Señor”.
Bendición.
Hno.
Fredy Monterroza.
Volver