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Los 144.000 Sellados

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Veamos algunos errores de teologos contemporáneos  respecto a este tema tan importante, al mismo tiempo miramos una correcta interpretación del texto con los doctores Mathew Henry, Dwight Pentecost, y Tim Lahaye.

6. Errores de teólogos contemporáneos.

Algunos teólogos argumentan en base a Romanos 11:5, “Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios”. NBH.

La idea de estos teólogos, es que la iglesia es el remanente y ésta será la testigo mediante la cual las promesas de Dios se cumplirán a un Israel espiritual. Existen contrastes que hacen que tal interpretación sea incorrecta; por ejemplo el contraste entre la iglesia e Israel, la relación de la iglesia con Cristo, y el propósito especifico de Dios para la iglesia.

Ross A Taylor de Leadership U, (Dirección U), de visión carismática; hace un comentario equivocado en referencia a los 144.000 sellados y dice:

“La visión de los 144.000. Antes que se hagan sonar las siete trompetas que sirven como advertencia a la humanidad, la iglesia es sellada primero para protegerla de los desastres que vendrán sobre la humanidad. El número 144.000 es simbólico y la descripción de los 144.000 sellados describe simbólicamente la iglesia del Antiguo Testamento más la del Nuevo Testamento y no sólo las tribus de Israel del Antiguo Testamento. Tampoco es un grupo selecto de misioneros judíos que surge en los últimos días”.[1]

 

7. Testigos de Jehová    

Los testigos de Jehová dicen que los 144.000 sellados son los seguidores cercanos de Jesucristo y que ellos gozarán en el cielo. Los otros Testigos, habitarán la tierra por siempre, como en un paraíso. ¡Pero solo los que sean Testigos de Jehová! Según ellos, estos son los únicos que han nacido de nuevo y quienes recibirán en la resurrección un cuerpo espiritual. Como podemos ver, esta opinión no tiene base en las Sagradas Escrituras.

           

8.  144.000 de las doce tribus de Israel. (Ap. 7:5-8)

Los 144.000 sellados pertenecen a las doce tribus de Israel, que serán elegidos y preparados  por Dios para el periodo de la gran tribulación que se avecina  a este mundo. Todos los convertidos antes de este tiempo, habrán sido quitados, removidos o arrebatados por ser la iglesia de Cristo. Entendemos entonces que la iglesia no pasará por los juicios que vendrán a todos los confines de la tierra. Matthew Henry dice al respecto:

”A esto podemos responder que no hay motivo alguno para negar que los sellados sean literalmente 144.000, (lo cual no significa que no haya un mayor número de israelitas convertidos durante dicho periodo, sino que solo éstos son sellados y protegidos de modo especial para un servicio también especial)”.[2]

 

Dwight Pentecost comenta acerca de  los 144.000 sellados de Apocalipsis 7, lo cual es una fuerte afirmación sobre el presente estudio, que los 144.000 sellados son un solo grupo y no dos como algunos opinan. Otros creen que este grupo es el único que se salva y que estarán en el cielo con el Señor.

 

Veamos el siguiente comentario del Dr. Pentecost.

“…Aun habrá un remanente judío, un fuerte y poderoso remanente testigo de que Dios no ha desechado a su pueblo. Este futuro remanente de creyentes hebreos será llamado tan pronto como la iglesia esté completa y sea removida de la tierra. Este remanente, que será llamado por gracia, corresponde al remanente del comienzo de esa era”.[3] 

 

Tim Lahaye en su libro “APOCALISPSIS SIN VELO”, también habla de la mala interpretación que algunos teólogos  contemporáneos hacen en relación al versículo 4 del capitulo 7 de Apocalipsis. El siguiente comentario del libro arriba mencionado está basado en las palabras del Dr. Harry A. Ironside.

 

 

“Estoy seguro de que muchos de mis oyentes se quedaron perplejos mas de una vez ante teorías conflictivas acerca de los ciento cuarenta y cuatro mil. Muchas sectas que se apartan de las Escrituras y que a veces son positivamente heréticas se adjudican este titulo de un modo tal que sería divertido si no fuera triste. Tal vez sepa que los adventistas del séptimo día lo aplican a los fieles de su confesión, que se encuentren observando el sábado judío el día del regreso del Señor. Suponen que estos serian arrebatados cuando el Señor descienda, y el juicio se derramará sobre el resto de la iglesia. Después tenemos a los seguidores del finado pastor Russell (los Testigos de Jehová) que enseñan que los ciento cuarenta y cuatro mil incluyen solo a los <<vencedores>> de su denominación que continúen fieles hasta el fin, siguiendo la enseñanza del sistema comúnmente llamado Millenial Dawnism [Albores Mileniales]. Ese culto absurdo y extraño, conocido como The Flying Roll [El rollo volador], reclama lo mismo, solo que en su caso, los ciento cuarenta y cuatro mil son aquellos que tendrán la sangre tan limpia que no podrán morir, sino que ¡tendrán una vida inmortal en esta tierra! Además de esta, hay muchas otras sectas, cuyos líderes consideran que sus seguidores peculiares serán los ciento cuarenta y cuatro mil en el tiempo final. Sin embargo, pasan por alto un hecho sencillo que, si lo tuvieran en cuenta, los salvaría de sus ideas disparatadas, y es el siguiente: los ciento cuarenta y cuatro mil están compuestos por doce mil miembros de cada tribu de Israel. No hay ni un gentil entre ellos…cada ves que me encuentro con alguien que dice que pertenece a los ciento cuarenta y cuatro mil, le pregunto: << ¿A que tribu pertenece?>> y siempre entran en un estado de confusión que no saben que responder.[4]

 

Aclaremos la confusión que se da muchas veces, sobre este grupo de sellados que Dios escoge para una obra especial; en una época de apostasía y de persecución por parte del anticristo.

Juan dice: “Y oí el número de los que fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel”. (Ap. 7:4). En los siguientes versículos Juan explica específicamente de donde surgen estos 144.000 sellados. Veamos: 

5. De la tribu de Judá fueron sellados doce mil; de la tribu de Rubén, doce mil; de la tribu de Gad, doce mil; 6 de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neptalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil; 7 de la tribu de Simeón, doce mil; de la tribu de Leví, doce mil; de la tribu de Isacar, doce mil; 8 de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce mil, y de la tribu de Benjamín fueron sellados doce mil. (Ap. 7:5-8). 12x12x1000= 144.000 judío sellados de las tribus de Israel.

En la lista que nos da Juan aparece Judá a la cabeza, por haberle pasado a él la primogenitura del cetro.

“Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado”. (Gn 49.4). RVR

 

El derecho de primogenitura es dado a Judá. “A ti Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano estará en el cuello de tus enemigos; se inclinarán a ti los hijos de tu padre. “Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío, has subido. Se agazapa, se echa como león, o como leona, ¿quién lo despertará? “El cetro no se apartará de Judá, ni la vara de gobernante de entre sus pies, hasta que venga Siloh, y a él sea dada la obediencia de los pueblos. “El ata a la vid su pollino, y a la mejor cepa el hijo de su asna; él lava en vino sus vestiduras, y en la sangre de las uvas su manto. “Sus ojos están apagados por el vino, y sus dientes blancos por la leche. (Gen. 49:8-12). NBH.

En relación a la tribu de Dan, esta no se menciona en Apocalipsis 7:1-8, posiblemente por haber sido la primera tribu en contaminarse con la idolatría. (Ver Jueces 18:2,30-31; 1 Reyes 11:26; 12:28-30). Además había quedado tan disminuida que fue absorbida por la tribu de Neptalí. Muchos teólogos antiguos creían que de la  tribu de “Dan” surgiría el anticristo, pero Apocalipsis 13:1 nos dice de forma clara que el anticristo no surgirá de la tierra (termino designado a palestina), pero si del mar que simboliza a los gentiles de las diversas culturas y etnias.

De acuerdo a palabra de Dios en Deuteronomio 29:18-21 dice:

No sea que haya entre ustedes hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aleje hoy del Señor nuestro Dios para ir y servir a los dioses de aquellas naciones; no sea que haya entre ustedes una raíz que produzca fruto venenoso y ajenjo. “Y sucederá que cuando él oiga las palabras de esta maldición, se envanecerá, diciendo: ‘Tendré paz aunque ande en la terquedad de mi corazón, a fin de destruir la tierra regada junto con la seca.

“El Señor jamás querrá perdonarlo, sino que la ira del Señor y Su celo arderán contra ese hombre, y toda maldición que está escrita en este libro caerá sobre él, y el Señor borrará su nombre de debajo del cielo.

“Entonces el Señor lo señalará para adversidad de entre todas las tribus de Israel, según todas las maldiciones del pacto que están escritas en este Libro de la Ley.[5]

 

También se menciona a la tribu de José, y a la de su hijo primogénito Manasés; no obstante, no se menciona a Efraín, posiblemente porque Efraín es parte de José y  también por haberse inclinado a la idolatría en los tiempos de los reyes de Israel. El hecho de que las diez tribus del norte (excepto Judá y Benjamín), desaparecieran de  los registros genealógicos a partir de la deportación a Asiria (ver 2 Reyes 17:9-12), y que sólo gente de Judá y parte de Leví pueda actualmente probar de modo fidedigno su descendencia, no excluye el hecho de que, aunque muchos no lo sepan, también respecto de Israel sabe el Señor quiénes son suyos (ver 2 Ti. 2: 19). En otras palabras, hay muchos por ahí que son israelitas de las distintas tribus mencionadas, y todavía no lo saben. Pero como podemos ver, Dios si lo sabe.

 
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[1] Ross A Taylor. Leadership U. Apocalipsis: El Cordero y los 144.000. 1998                                                                          

[2] Matthew Henry. Comentario Bíblico de Matthew Henry. Pagina 1950. Editorial Clie. 1999                                                                   

[3] Pentecost J, Dwight. Eventos del Porvenir. Pagina 226 Editorial Vida. Edición en español 1984

[4] Tim Lahaye. Apocalipsis sin velo. Editorial vida. Miami, Florida. 2000                                                                              

[5] Nueva Biblia de los Hispanos. Dt. 29:18-21. The Lockman Foundation. 2005