Los 144.000 sellados
Después de esto vi a cuatro ángeles
en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra,
que detenían los cuatro vientos
de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi
también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer
daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado
en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados.
De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil
sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar,
doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la
tribu de Benjamín, doce mil sellados. (Ap. 7:1-8). (12x12x1000)
1. Introducción:
Los profetas del Antiguo Testamento dijeron que Dios derramaría su ira sobre la tierra
en un tiempo futuro. Predijeron tribulación y angustia como nunca antes en la historia de la humanidad. (Is. 34:2-3,8; Jeremías
30:7-9; Daniel 12:1; Joel 2:1; Sofonías 1:14-15).
Jesús nos advirtió en Mateo 24:3-31, de lo que acontecerá en los 7 años de tribulación.
En los 4-14 se registran los primeros tres años y medio, y la segunda parte
de este terrible acontecimiento se registra en los versículos 15-31.
Dios siempre ha tratado con Israel por medio de pactos observemos algunos de ellos, aun que no
son todos.
2. Pactos de Dios con Israel
2.1. El Pacto de Abraham. (Gn. 12:1-3; 13:14-17; 15:4-21; 17:1-8; 22:17-18).
Dios le promete a Abraham una tierra, una descendencia, y una bendición universal y eterna. En este pacto se ve la necesidad
de un remanente, y que pueda ocupar la tierra dada a Abraham por pacto para que llegue la bendición prometida.
2.2. El Pacto Palestino. (Dt. 30:1-9; Jer. 32:36-44; Ez. 11:16-21; 36:21-38).
Por medio de este pacto vemos que Israel poseerá la tierra que le fue dada a la descendencia de Abraham. En este pacto vemos
la necesidad imperativa de un remanente que exista para recibir la herencia prometida de la tierra.
2.3. El Pacto Davídico. (2 S. 7:10-16; Jer. 33:20-21; Sal. 89). En este pacto apreciamos la confirmación incondicional
de parte de Dios. Vemos la promesa de un rey, y un trono terrenal perpetuo dado a la descendencia de Abraham. Por lo cual hace necesario un remante para el cumplimiento del pacto davídico.
2.4. El Nuevo Pacto. (Jer. 31:31-34; Ez. 16:60; Is. 59:20-21; Os. 2:14-23). Nuevamente apreciamos una confirmación
incondicional de parte de Dios para Israel. Promete restaurar a Israel como nación,
perdón de sus pecados, purificación de su corazón, y la implantación de un corazón nuevo mediante la regeneración o nuevo
nacimiento. Vemos otra vez la necesidad de un remante para que pueda cumplirse la Palabra de Dios.
El carácter de Dios estaría en juego si lo que él mismo a prometido no llegara a
cumplirse, entonces; su integridad hace necesario este remanente tan importante durante el periodo de prueba que le espera
al mundo entero.
3. El remanente fiel en la historia de Israel.
Dios ha tenido un remante fiel en la historia de Israel, creyentes que siempre se
mantuvieron en pie dentro de la nación israelita, aun en medio de la apostasía y la persecución dando testimonio de su fe
en Dios.
Observemos a algunos de ellos: Josué y Caleb (Nm. 13 y 14), Débora y Barac (Jue.
4), Gedeón (Jue. 7), Sansón (Jue. 13 al 16), Samuel (1 S. 2), Asa (2 Cr. 15:9), los creyentes fieles en los días de Elías
(1 R. 19:18). En ellos podemos apreciar que Dios siempre tiene un remanente fiel para él en la historia de Israel. 7.000 que
no doblaron rodillas a Baal. Respecto a esto Gaebelein dice:
“El Señor tenia un remante, un remanente fiel, entre su
pueblo, aun en el tiempo de su gran apostasía. Este es el pensamiento y el argumento que se presenta aquí. La apostasía de
Israel nunca es una apostasía completa. El Señor siempre tiene un remanente entre ellos fiel a El y sus a pactos”.
4. El remanente fiel en los profetas.
La Biblia registra muchas referencias respecto a los creyentes que se mantuvieron
fieles al Señor en los tiempos difíciles de la nación. En los tiempos de los profetas podemos observar los siguientes aunque
no son los únicos:
Isaías (Is. 1:9; 4:3-4; 6:12-13; 10:21; 26:20; 49:6; 51:1; 65:13-14. También capítulos
enteros como: Is. 26; 33; 35, y el 65).
Jeremías (Jer. 15:11; 33:25-26; 44:28. También tenemos los capítulos 30 al 33 que
hablan del remante.
Ezequiel (Ez. 14:22; 20:34-38; 37:21-22). De la misma manera los profetas menores
hablan del mismo tema, entre ellos tenemos a, Oseas 3:5; Amos 9:11-15; Zacarías 13:8-9; Malaquias 3:16-17). Todas estas citas
hablan del remanente fiel de Dios. Darby nos da una conclusión sobre esto:
“He
revisado estas profecías de manera que el lector pueda ver claramente que la doctrina de un remanente judío…un remanente
piadoso, y que espera en Jehová antes de su aparición para librarlos, y cuya piedad y confianza son posesión de El, no es
un asunto de especulación, o de interpretación de algún texto difícil y oscuro; sino de un testimonio claro, consecuente,
impresionante y prominente del Espíritu de Dios”.