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El que no ame al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene. (1 Corintios 16:22).

 

Introducción:

 

Significado de la expresión: “Oh, Señor, ven”, o “Señor nuestro, ven”, o simplemente “el Señor viene”. Quizá un saludo, como “la paz sea en esta casa.”

La doctrina de la segunda venida de Cristo ocupaba mucho de la predicación apostólica; y la expectación de su venida era muy viva en los cristianos.

Hallamos repetida esta petición en Apocalipsis 22:20, como última petición de la iglesia.

 

En esta expresión hallamos:

 

I. Una afirmación de que Cristo vive.

 

No es “el amado muerto” de quien sólo el recuerdo persiste, cada día más débil. El Cristo vivo. No entre nosotros corporalmente. Sino en el cielo intercediendo, dirigiendo a su pueblo por su Espíritu, interesado en la obra de los suyos, reinando y esperando el día de su vuelta. Su vida es el secreto de lo permanente de su iglesia.

 

II. Expresión de la esperanza de su regreso.

 

a). Fundamento de esta esperanza: su promesa “así vendrá.”

b). Es algo deseable. Por eso la petición.

c). Muchas razones para desearla: verlo; establecer su gobierno y  dar galardón a los fieles.

 

III. Pero algo tremendo para muchos. Para los que no lo aman.

 

a). Para los que no están preparados. (Mateo 24:48).

b). Algo inminente, “Vendrá.

c). No tardará. (Habacuc 2:3).

 

VI. Llamamiento a la actividad y la vigilancia

 

a). Debe ser la actitud de los cristianos.

b). Es la enseñanza de la parábola de los talentos.

C. La parábola de las diez vírgenes.

 

VI). La muerte es inminente para cada uno de nosotros.

 

a). ¿Cuántos verán el fin de este año?

b). El Señor viene. Prepárate hoy. Provéete de aceite para tu lámpara.

c). El Señor viene. Alégrate cristiano; pronto tendrán fin tus pruebas.

    

Conclusión:

 

Hoy es tiempo de buscar a Dios, pedir perdón por nuestros pecados, y que el Maranata sea una realidad en la vida de todos los que se arrepienten de corazón.

El Señor te bendiga.

Hno. Fredy Monterroza.

 

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