LA REVELACIÓN DIVINA
Cumplimiento y ejecución de la justicia divina.
ANTIGUO
PACTO
A- Abraham
Gn. 12:1-3: 1Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de
la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré
tu nombre, y serás bendición. 3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra.
Gn. 22.15-18: 15Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda
vez desde el cielo, 16y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado
tu hijo, tu único hijo; 17de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y
como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18En tu simiente
serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
B- Lo renueva
con sus descendientes
Ex. 19: 1En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto,
en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí. 2Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon
en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte. 3Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte,
diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4Vosotros visteis lo que hice a los
egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. 5Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y
guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6Y
vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. 7Entonces
vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.
8Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras
del pueblo. 9Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga
mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.10Y
Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, 11y estén preparados para
el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí. 12Y señalarás
término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte,
de seguro morirá. 13No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando
suene largamente la bocina, subirán al monte. 14 Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo;
y lavaron sus vestidos. 15Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer. 16Aconteció
que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina
muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. 17Y Moisés sacó del campamento al pueblo
para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. 18Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido
sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. 19El
sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante. 20Y descendió
Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.
21Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud
de ellos. 22Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos
estrago. 23Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala
límites al monte, y santifícalo. 24Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes
y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos estrago. 25Entonces Moisés descendió
y se lo dijo al pueblo.
El sentido ético del pacto se nota en la figura del matrimonio: Israel es la esposa de Yahweh y debe de
ser fiel a El. Los profetas se quejan de la infidelidad del pueblo de Dios
Jr. 2 y 3: 1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Anda y clama a los oídos
de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio,
cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. 3Santo era Israel a Jehová, primicias de sus
nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice Jehová. 4Oíd la palabra de
Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. 5Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí
vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos? 6Y no dijeron: ¿Dónde
está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada,
por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre? 7Y os introduje
en tierra de abundancia, para que comieseis su fruto y su bien; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable
mi heredad. 8Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores
se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha. 9Por
tanto, contenderé aún con vosotros, dijo Jehová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé. 10Porque pasad a
las costas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad cuidadosamente, y ved si se ha hecho cosa semejante a esta.
11¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria
por lo que no aprovecha. 12Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová.
13Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas
rotas que no retienen agua. 14¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa? 15Los
cachorros del león rugieron contra él, alzaron su voz, y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador.
16Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla. 17¿No te acarreó esto el haber dejado
a Jehová tu Dios, cuando te conducía por el camino? 18Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para
que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Eufrates? 19Tu maldad
te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y
faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos. 20Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus
ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera.
21Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?
22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo
Jehová el Señor. 23¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle,
conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 24asna montés acostumbrada al desierto, que en
su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo
de su celo la hallarán. 25Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio
en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir. 26Como se avergüenza el ladrón cuando es
descubierto, así se avergonzará la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, 27que
dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y
en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos. 28¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense
ellos, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus
dioses. 29¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice Jehová. 30En vano
he azotado a vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador.
31¡Oh generación! atended vosotros a la palabra de Jehová. ¿He sido yo un desierto para Israel, o tierra de tinieblas?
¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti? 32¿Se olvida la virgen de su atavío, o la
desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días. 33¿Por qué adornas tu camino
para hallar amor? Aun a las malvadas enseñaste tus caminos. 34Aun en tus faldas se halló la sangre de los pobres,
de los inocentes. No los hallaste en ningún delito; sin embargo, en todas estas cosas dices: 35Soy inocente, de
cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No he pecado. 36¿Para qué
discurres tanto, cambiando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria. 37También
de allí saldrás con tus manos sobre tu cabeza, porque Jehová desechó a aquellos en quienes tú confiabas, y no prosperarás
por ellos.
CAPÍTULO 3: 1Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él se
juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos;
mas ¡vuélvete a mí! dice Jehová. 2Alza tus ojos a las alturas, y ve en qué lugar no te hayas prostituido. Junto
a los caminos te sentabas para ellos como árabe en el desierto, y con tus fornicaciones y con tu maldad has contaminado la
tierra. 3Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia tardía; y has tenido frente de ramera,
y no quisiste tener verg:uenza. 4A lo menos desde ahora, ¿no me llamarás a mí, Padre mío, guiador de mi juventud?
5¿Guardará su enojo para siempre? ¿Eternamente lo guardará? He aquí que has hablado y hecho cuantas maldades pudiste.
6Me dijo Jehová en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? Ella se va sobre todo monte
alto y debajo de todo árbol frondoso, y allí fornica. 7Y dije: Después de hacer todo esto, se volverá a mí; pero
no se volvió, y lo vio su hermana la rebelde Judá. 8Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había
despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó.
9Y sucedió que por juzgar ella cosa liviana su fornicación, la tierra fue contaminada, y adulteró con la piedra y con
el leño. 10Con todo esto, su hermana la rebelde Judá no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente, dice
Jehová. 11Y me dijo Jehová: Ha resultado justa la rebelde Israel en comparación con la desleal Judá. 12Ve
y clama estas palabras hacia el norte, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre ti, porque
misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para siempre el enojo. 13Reconoce, pues, tu maldad, porque contra
Jehová tu Dios has prevaricado, y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová.
14Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos
de cada familia, y os introduciré en Sion; 15y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia
y con inteligencia. 16Y acontecerá que cuando os multipliquéis y crezcáis en la tierra, en esos días, dice Jehová,
no se dirá más: Arca del pacto de Jehová; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la echarán de
menos, ni se hará otra. 17En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono de Jehová, y todas las naciones vendrán a
ella en el nombre de Jehová en Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su malvado corazón. 18En aquellos tiempos
irán de la casa de Judá a la casa de Israel, y vendrán juntamente de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a vuestros
padres. 19Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones?
Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí. 20Pero como la esposa infiel abandona a su
compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová. 21Voz fue oída sobre las alturas, llanto
de los ruegos de los hijos de Israel; porque han torcido su camino, de Jehová su Dios se han olvidado. 22Convertíos,
hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres Jehová nuestro Dios. 23Ciertamente
vanidad son los collados, y el bullicio sobre los montes; ciertamente en Jehová nuestro Dios está la salvación de Israel.
24Confusión consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus
hijas. 25Yacemos en nuestra confusión, y nuestra afrenta nos cubre; porque pecamos contra Jehová nuestro Dios,
nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día, y no hemos escuchado la voz de Jehová nuestro Dios.
El pacto tenía
implicaciones sociales e individuales.
ALGUNAS CLÁUSULAS
· El amor al prójimo
Lv. 19.18: No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo
como a ti mismo.
En la forma siguientes:
· Precauciones de seguridad en la construcción
Dt. 22.2,8: Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo
conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás. 8Cuando
edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno.
· En el trato a los siervos
Dt. 15.12-18: 12Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis
años, al séptimo le despedirás libre. 13Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías.
14Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello en que Jehová te hubiere bendecido.
15Y te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te rescató; por tanto yo te mando
esto hoy. 16Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo; 17entonces
tomarás una lesna, y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada.
18No te parezca duro cuando le enviares libre, pues por la mitad del costo de un jornalero te sirvió seis años; y Jehová
tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieres.
· A los extranjeros
Lv. 19.33: Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra
tierra, no le oprimiréis.
· A los pobres
Ex. 22.26: Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo,
a la puesta del sol se lo devolverás.
EL NUEVO PACTO
Jeremías es quien revela que el Antiguo Pacto es anticipación del Nuevo
Jr. 31.31-34: 31He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con
la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para
sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente,
y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
IMPLICACIÓN SOCIAL
La santidad del pueblo de Dios. Este concepto de “pueblo”
en el Nuevo Pacto se desarrolla en la doctrina del Cuerpo de Cristo.
Bendiciones
Hno. Fredy Monterroza.
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