Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; condujo el rebaño hacia el lado occidental
del desierto y llegó a Horeb. El monte de Dios.
2 Y el ángel
del Señor se le apareció en una llama de fuego, en medio
de una zarza. Al fijarse Moisés, vio que la zarza ardía en fuego, pero la zarza no se consumía. Ex. 3:1-2.
10 Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a Mi pueblo, a los Israelitas, de Egipto. 11 Pero Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón, y sacar a los Israelitas de Egipto? 12 Ciertamente
Yo estaré contigo, le respondió el Señor, y la señal para ti de que soy Yo el
que te ha enviado será ésta: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto ustedes adorarán (servirán) a Dios en este monte. Ex.3:10-12.
En el llamamiento, que el Señor hizo a Moisés fue para marcar la vida de todo un
pueblo que había sido esclavizado por 430 años. Dios se reveló de un modo muy especial y en un lugar limitado. La revelación
de Dios vino con un relato histórico y no fue una experiencia de alegría para Moisés. Aunque el Dios se apareció en una llama
de fuego, lo mas importante de este suceso, talvez no fue lo que Moisés vio y sintió, aunque todo fue un proceso de parte
de Dios para hacer de Moisés uno de los mas grandes caudillos en la historia de un pueblo que había sufrido por mas de cuatro
siglos, sin ningún futuro brillante ni prometedor; puede que las palabras que él escuchó fueron las que marcaron su vida.
Dios se reveló a Moisés por medio de aquella zarza, esa revelación fue un diálogo
muy importante, pues en el se expresa el problema y la preocupación divina por la situación social y espiritual del pueblo
de Israel. Era un día como los muchos que Moisés había conocido. Llevaba el rebaño a un lugar conocido. Con Jetro había encontrado
una vida segura y una vocación bajo su tutela. Sin duda el sacerdote de Madián le había instruido en el camino de Dios revelado
a Abraham, aclarando enseñanzas recibidas de su madre: Su preparación teológica había sido completa.
En la vida, Dios nos da la oportunidad de escalar en grande, de crear un futuro
que perdure por generaciones enteras. Si te fijas, muchas veces la razón por las que no logramos grandes éxitos, es por el
temor que conlleva tan excelentes hazañas. Las palabras de Moisés fueron: ¿Quién soy yo para ir a Faraón,
y sacar a los Israelitas de Egipto? Asi piensa
mucha gente, creen que no son dignos de vivir mejor, de tener una casa, cambiar de vida, de mejorar su situación económica,
de que sus hijos tengan una mejor educación, creen que nacieron para vivir en la miseria y se sienten muy cómodos como se
sentía Moisés apacentando las ovejas de Jetro.
Puede ser que tu destino sea apacentar una congregación de varios miles de personas
y por el temor ha no poder guiarlos, no te preparas y te conformas con apacentar unos pocos de la forma que lo estaba haciendo
Moisés con las ovejas de su suegro. Si observas, Dios lo que quería apacentado un pueblo entero, pero eso requería de una
preparación adecuada. Moisés como todos nosotros tenemos el deber de abrirnos caminos en la vida. El señor tenía un
destino preparado para el gran legislador de Israel (Moisés), y era convertirlo en libertador, Moisés lo sabía asi como todos
nosotros. Podemos hacer cosas grandes que marquen vidas para siempre, todos podemos dejar un legado a nuestros hijos y amigos
que sirva de modelo e inspiración para sus generaciones.
Moisés se atrevió
a decir que era tartamudo, que no tenía la capacidad
para ser grande, y que por tal razón no podía atender a ese llamado. Escucha lo que dijo: Entonces
Moisés dijo al Señor: “Por favor, Señor, nunca he sido hombre elocuente. Ni ayer ni en tiempos pasados, ni aun después
de que has hablado a Tu siervo; porque soy
tardo en el habla y torpe de lengua”. Ex. 4:10
Hay un escritor muy famoso que dice: piensa en grande y crecerás en grande. Cuando tu crees que
puedes lograr realizar cosas grandes en la vida, la realidad es que si puedes lograrlo. En la vida hay dos tipos de gente
unos que pierden y otros que ganan, un pastor americano dijo un día: “Winners never lose and losers never win”. La traducción a estas palabras es lo siguiente: “Los ganadores nunca pierden y los perdedores
nunca ganan”.
El hombre
que logró conquistar el monte mas grande del mundo, “EL Monte Everest” después de muchos intentos y sin tener
éxito para llagar a la sima de aquella tremenda montaña, se paró enfrente y dijo las siguientes palabras: “Te venceré, porque tu ya no puedes crecer, pero yo sigo creciendo”.
Al poco tiempo después, este hombre había logrado su sueño y hazaña, verse en la sima del monte más alto del mundo,
y hasta hoy seguimos leyendo su historia.
¡Nunca digas no puedo! Tu puedes tener éxito en todo lo que emprendas en la vida, tu puedes restaurar tu hogar, tu familia,
puedes tener comunión con tus hijos, con tus vecinos, con tu ciudad, tu puedes ser un buen padre, un buen hijo, una buena
madre, un gran pastor, un gran misionero, un gran maestro, un arquitecto, un ingeniero, un gran científico, un astronauta,
un buen presidente. Puedes ser un gran legislador como lo fue Moisés.
El gran apóstol Pablo dijo un día: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Fil. 4:13, no hay nada imposible que tu no puedas
lograr. Pablo creía que con la ayuda divina de Dios, él podría lograr todo en la vida, y es cierto, cuando tienes una mentalidad
de ganador, tú serás un ganador; debemos ser personas con objetivos definidos en la vida. Muchos de estos objetivos nos pueden
llevar varios años de lucha, de esfuerzos, pero que al final valdrán la pena.
Fíjate en la vida de Moisés, mientras apacentaba las ovejas de su suegro Jetro no sucedía nada
extraordinario, fueron 40 largos años sin que sucediera nada fuera de lo común en la vida del que fue mas tarde el gran legislador
y libertador.
La vara convertida en serpiente.
Algunas de sus hazañas fueron las siguientes: 10 Vinieron,
pues, Moisés y Aarón a Faraón e hicieron tal como el Señor les había
mandado. Aarón echó su vara delante de Faraón y de sus siervos, y ésta se convirtió en serpiente. 11 Entonces Faraón llamó también a los sabios y a los hechiceros,
y también ellos, los magos (sacerdotes adivinos) de Egipto, hicieron lo mismo con sus encantamientos (ciencias ocultas). 12 Cada uno echó su vara, las cuales se convirtieron en serpientes.
Pero la vara de Aarón devoró las varas de ellos. 13 Sin embargo
el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor había
dicho. Ex. 7:10
El agua convertida en sangre.
Así lo hicieron Moisés y Aarón, tal como el Señor
les había ordenado. Aarón alzó la vara y golpeó las aguas que había en el Nilo ante los ojos de Faraón y de
sus siervos, y todas las aguas que había en el Nilo se convirtieron en sangre. Ex. 7:20
La plaga de ranas.
Dijo además el Señor a Moisés: “Dile a Aarón:
‘Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, sobre los arroyos y sobre los estanques, y haz que suban ranas sobre la
tierra de Egipto.’ ”
6 Aarón
extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y las ranas subieron y cubrieron la tierra de Egipto. 7 Los magos (sacerdotes adivinos) hicieron lo mismo con sus encantamientos (ciencias ocultas),
e hicieron subir ranas sobre la tierra de Egipto. Ex. 8:5-7
La plaga de piojos.
Entonces el Señor dijo a Moisés: “Dile a Aarón:
‘Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en piojos por toda la tierra de Egipto.’”
17 Y así lo hicieron. Aarón extendió su mano con su vara,
y golpeó el polvo de la tierra, y hubo piojos en hombres y animales. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos por
todo el país de Egipto. 18 Los magos (sacerdotes adivinos) trataron
de producir piojos con sus encantamientos (ciencias ocultas), pero no pudieron. Hubo, pues, piojos en hombres y animales.
19 Entonces los magos (sacerdotes adivinos) dijeron a
Faraón: “Este es el dedo de Dios”, Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor había dicho. Ex. 8:16-19
La plaga de insectos.
Así lo hizo el Señor. Y entraron grandes enjambres
de insectos en la casa de Faraón y en las casas de sus siervos, y en todo el país de Egipto la tierra fue devastada a causa
de los enjambres de insectos. Ex. 8:24.
“Pero en aquel día Yo pondré aparte la tierra de Gosén en la que mora Mi pueblo. Para que no haya allí enjambres de insectos, a fin de que sepas que Yo, el Señor,
estoy en medio de la tierra. Ex. 8:22
Las otras 6 extraordinarias hazañas fueron las plagas de: la plaga del ganado, la plaga de ulceras,
la plaga de granizo, la plaga de langostas, la plaga de tinieblas, y la ultima de las plagas fue la muerte de los primogénitos
de faraón y de todo Egipto.
Esto no fue todo lo extraordinario en la vida de Moisés, ademase i pudo ver abrirse el mar rojo
para que pasara el pueblo de Israel en seco. Además las tremendas victorias que ganó en batalla frente a sus enemigos.
¡Nunca digas no puedo! Tú eres capas de tener grandes éxitos en tu vida. Cree y sigue adelante.
Bendiciones.
Hno. Fredy Monterroza.
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