La Biblia Reina Valera

Salmos 106     

Salmos

Indice

Capítulo 107

ALABAD á Jehová, porque es bueno; Porque para siempre es su misericordia.

Digan lo los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo,

Y los ha congregado de las tierras, Del oriente y del occidente, Del aquilón y de la mar.

Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, No hallando ciudad de población.

Hambrientos y sedientos, Su alma desfallecía en ellos.

Habiendo empero clamado á Jehová en su angustia, Librólos de sus aflicciones:

Y dirigiólos por camino derecho, Para que viniesen á ciudad de población.

Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

Porque sació al alma menesterosa, Y llenó de bien al alma hambrienta.

Los que moraban en tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros;

Por cuanto fueron rebeldes á las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo.

Por lo que quebrantó él con trabajo sus corazones, Cayeron y no hubo quien los ayudase;

Luego que clamaron á Jehová en su angustia, Librólos de sus aflicciones.

Sacólos de las tinieblas y de la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones.

Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

Porque quebrantó las puertas de bronce, Y desmenuzó los cerrojos de hierro.

Los insensatos, á causa del camino de su rebelión Y á causa de sus maldades, fueron afligidos.

Su alma abominó toda vianda, Y llegaron hasta las puertas de la muerte.

Mas clamaron á Jehová en su angustia, Y salvólos de sus aflicciones.

Envió su palabra, y curólos, Y librólos de su ruina.

Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres:

Y sacrifiquen sacrificios de alabanza, Y publiquen sus obras con júbilo.

Los que descienden á la mar en navíos, Y hacen negocio en las muchas aguas,

Ellos han visto las obras de Jehová, Y sus maravillas en el profundo.

El dijo, é hizo saltar el viento de la tempestad, Que levanta sus ondas.

Suben á los cielos, descienden á los abismos: Sus almas se derriten con el mal.

Tiemblan, y titubean como borrachos, Y toda su ciencia es perdida.

Claman empero á Jehová en su angustia, Y líbralos de sus aflicciones.

Hace parar la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas.

Alégranse luego porque se reposaron; Y él los guía al puerto que deseaban.

Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

Y ensálcenlo en la congregación del pueblo; Y en consistorio de ancianos lo alaben.

El vuelve los ríos en desierto, Y los manantiales de las aguas en secadales;

La tierra fructífera en salados, Por la maldad de los que la habitan.

Vuelve el desierto en estanques de aguas, Y la tierra seca en manantiales.

Y allí aposenta á los hambrientos, Y disponen ciudad para habitación;

Y siembran campos, y plantan viñas, Y rinden crecido fruto.

Y los bendice, y se multiplican en gran manera; Y no disminuye sus bestias.

Y luego son menoscabados y abatidos A causa de tiranía, de males y congojas.

El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y les hace andar errados, vagabundos, sin camino:

Y levanta al pobre de la miseria, Y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.

Vean los rectos, y alégrense; Y toda maldad cierre su boca.

¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las misericordias de Jehová?

Salmos 108

 

 

 

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