La Biblia Reina Valera

Salmos 17     

Salmos

Indice

Capítulo 18

AMARTE he, oh Jehová, fortaleza mía.

Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; Escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio.

Invocaré á Jehová, digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.

Cercáronme dolores de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron.

Dolores del sepulcro me rodearon, Previniéronme lazos de muerte.

En mi angustia invoqué á Jehová, Y clamé á mi Dios: El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, á sus oídos.

Y la tierra fué conmovida y tembló; Y moviéronse los fundamentos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él.

Humo subió de su nariz, Y de su boca consumidor fuego; Carbones fueron por él encendidos.

Y bajó los cielos, y descendió; Y oscuridad debajo de sus pies.

Y cabalgó sobre un querubín, y voló: Voló sobre las alas del viento.

Puso tinieblas por escondedero suyo, su pabellón en derredor de sí; Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.

Por el resplandor delante de él, sus nubes pasaron; Granizo y carbones ardientes.

Y tronó en los cielos Jehová, Y el Altísimo dió su voz; Granizo y carbones de fuego.

Y envió sus saetas, y desbaratólos; Y echó relámpagos, y los destruyó.

Y aparecieron las honduras de las aguas, Y descubriéronse los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del viento de tu nariz.

Envió desde lo alto; tomóme, Sácome de las muchas aguas.

Libróme de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían, aunque eran ellos más fuertes que yo.

Asaltáronme en el día de mi quebranto: Mas Jehová fué mi apoyo.

Y sacóme á anchura: Libróme, porque se agradó de mí.

Hame pagado Jehová conforme á mi justicia: Conforme á la limpieza de mis manos me ha vuelto.

Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios.

Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no eché de mí sus estatutos.

Y fuí integro para con él, y cauteléme de mi maldad.

Pagóme pues Jehová conforme á mi justicia; Conforme á la limpieza de mis manos delante de sus ojos.

Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro.

Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso.

Y tú salvarás al pueblo humilde, Y humillarás los ojos altivos.

Tú pues alumbrarás mi lámpara: Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.

Porque contigo desharé ejércitos; Y con mi Dios asaltaré muros.

Dios, perfecto su camino: Es acendrada la palabra de Jehová: Escudo es á todos los que en él esperan.

Porque ¿qué Dios hay fuera de Jehová? ¿Y qué fuerte fuera de nuestro Dios?

Dios es el que me ciñe de fuerza, E hizo perfecto mi camino;

Quien pone mis pies como pies de ciervas, E hízome estar sobre mis alturas;

Quien enseña mis manos para la batalla, Y será quebrado con mis brazos el arco de acero.

Dísteme asimismo el escudo de tu salud: Y tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha acrecentado.

Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y no titubearon mis rodillas.

Perseguido he mis enemigos, y alcancélos, Y no volví hasta acabarlos.

Helos herido, y no podrán levantarse: Cayeron debajo de mis pies.

Pues me ceñiste de fortaleza para la pelea; Has agobiado mis enemigos debajo de mí.

Y dísteme la cerviz de mis enemigos, Y destruí á los que me aborrecían.

Clamaron, y no hubo quien salvase: Aun á Jehová, mas no los oyó.

Y molílos como polvo delante del viento; Esparcílos como lodo de las calles.

Librásteme de contiendas de pueblo: Pusísteme por cabecera de gentes: Pueblo que yo no conocía, me sirvió.

Así que hubo oído, me obedeció; Los hijos de extraños me mintieron;

Los extraños flaquearon, Y tuvieron miedo desde sus encerramientos.

Viva Jehová, y sea bendita mi roca; Y ensalzado sea el Dios de mi salud:

El Dios que me da las venganzas, Y sujetó pueblos á mí.

Mi libertador de mis enemigos: Hicísteme también superior de mis adversarios; Librásteme de varón violento.

Por tanto yo te confesaré entre las gentes, oh Jehová, Y cantaré á tu nombre.

El cual engrandece las saludes de su rey, Y hace misericordia á su ungido, A David y á su simiente, para siempre.

Salmos 19

 

 

 

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