La Biblia Reina Valera

Proverbios 20     

Proverbios

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Capítulo 21

COMO los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová: A todo lo que quiere lo inclina.

Todo camino del hombre es recto en su opinión: Mas Jehová pesa los corazones.

Hacer justicia y juicio es á Jehová Más agradable que sacrificio.

Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y el brillo de los impíos, son pecado.

Los pensamientos del solícito ciertamente van á abundancia; Mas todo presuroso, indefectiblemente á pobreza.

Allegar tesoros con lengua de mentira, Es vanidad desatentada de aquellos que buscan la muerte.

La rapiña de los impíos los destruirá; Por cuanto no quisieron hacer juicio.

El camino del hombre perverso es torcido y extraño: Mas la obra del limpio es recta.

Mejor es vivir en un rincón de zaquizamí. Que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.

El alma del impío desea mal: Su prójimo no le parece bien.

Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; Y cuando se amonestare al sabio, aprenderá ciencia.

Considera el justo la casa del impío: Cómo los impíos son trastornados por el mal.

El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.

El presente en secreto amansa el furor, Y el don en el seno, la fuerte ira.

Alegría es al justo hacer juicio; Mas quebrantamiento á los que hacen iniquidad.

El hombre que se extravía del camino de la sabiduría, Vendrá á parar en la compañía de los muertos.

Hombre necesitado será el que ama el deleite: Y el que ama el vino y ungüentos no enriquecerá.

El rescate del justo es el impío, Y por los rectos el prevaricador.

Mejor es morar en tierra del desierto, Que con la mujer rencillosa é iracunda.

Tesoro codiciable y pingüe hay en la casa del sabio; Mas el hombre insensato lo disipará.

El que sigue la justicia y la misericordia, Hallará la vida, la justicia, y la honra.

La ciudad de los fuertes tomó el sabio, Y derribó la fuerza en que ella confiaba.

El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.

Soberbio y presuntuoso escarnecedor es el nombre Del que obra con orgullosa saña.

El deseo del perezoso le mata, Porque sus manos no quieren trabajar.

Hay quien todo el día codicia: Mas el justo da, y no desperdicia.

El sacrificio de los impíos es abominación: ¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad!

El testigo mentiroso perecerá: Mas el hombre que oye, permanecerá en su dicho.

El hombre impío afirma rostro: Mas el recto ordena sus caminos.

No hay sabiduría, ni inteligencia, Ni consejo, contra Jehová.

El caballo se apareja para el día de la batalla: Mas de Jehová es el salvar.

Proverbios 22

 

 

 

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