La Biblia Reina Valera

Salmos 18     

Salmos

Indice

Capítulo 19

LOS cielos cuentan la gloria de Dios, Y la expansión denuncia la obra de sus manos.

El un día emite palabra al otro día, Y la una noche á la otra noche declara sabiduría.

No hay dicho, ni palabras, Ni es oída su voz.

Por toda la tierra salió su hilo, Y al cabo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol.

Y él, como un novio que sale de su tálamo, Alégrase cual gigante para correr el camino.

Del un cabo de los cielos es su salida, Y su giro hasta la extremidad de ellos: Y no hay quien se esconda de su calor.

La ley de Jehová es perfecta, que vuelve el alma: El testimonio de Jehová, fiel, que hace sabio al pequeño.

Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón: El precepto de Jehová, puro, que alumbra los ojos.

El temor de Jehová, limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.

Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.

Tu siervo es además amonestado con ellos: En guardarlos hay grande galardón.

Los errores, ¿quién los entenderá? Líbrame de los que me son ocultos.

Detén asimismo á tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí: Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.

Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío

Salmos 20

 

 

 

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