1Levantando
Jesús la vista, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro.
2
Y vio también a una viuda pobre que echaba allí dos pequeñas monedas de cobre;
3
y dijo: En verdad os digo, que esta viuda tan pobre echó más que todos ellos;
4
porque todos ellos echaron en la ofrenda de lo que les sobraba, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que
tenía para vivir. Lucas 21.1-4 BLA
Una
joven filipina quedó viuda con seis niños que sostener. Vivía con muchas privaciones y afanes: se levantaba a las cuatro de
la mañana todos los días, cocinaba, lavaba, planchaba, preparaba la comida que los niños llevaban a la escuela, y a los más
pequeños los atendía en todas sus necesidades. Después se iba a trabajar al campo a fin de ganar suficiente arroz y maíz para
alimentar a su familia. Muchas veces, mientras los niños dormían por la noche, ella pensaba en la forma en que podría lograr
que el dinero le alcanzara para pagar la colegiatura de alguno de sus niños, o para suplir alguna otra necesidad.
Un
día, el pastor de la iglesia pidió que todos los miembros de ésta diezmaran. Parecía imposible que la viuda pudiera hacerlo;
y, sin embargo, ella fue la primera en llevar su ofrenda de ocho dólares, que era más de la mitad de lo que había ofrecido
el miembro más rico de la iglesia.
Bendicioes
Hno.
Fredy Monterroza
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