Enseña
al niño el camino en que debe andar, y aún cuando sea viejo no se apartará de él. Proverbios 22.6 BLA
Dos
estudiantes caminaban cierto día por una calle de Londres. De pronto uno de ellos se detuvo frente a una casa de empeños,
y señalando un traje con anuncios que decían, “Con algunas manchas, gran reducción del precio”, exclamó: “¡Qué
texto más espléndido para un sermón para los jóvenes!”
Y
añadió: “Nosotros los jóvenes nos manchamos, quizás muy poco, viendo una representación vulgar en el teatro, o leyendo
un libro inconveniente, o permitiendo pensamientos deshonestos o desordenados. Y así nos manchamos, y cuando llegamos a hombres
y se nos valora, quedamos “reducidos en el precio”. Nuestro atractivo, nuestra fortaleza, habrá desaparecido.
La consagración de la juventud se habrá esfumado. Y pasamos a formar parte inseparable de los “rezagos” o sobrantes
que llevan esta marca: “Con algunas manchas: reducidas de precio.”
Los
hijos de Dios no pueden ser desvalorizados, porque valen el precio de la sangre de nuestro Salvador y Señor Jesucristo.
Bendiciones
Hno.
Fredy Monterroza
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