La tranquilidad en la vida
es como una hermosa joya. Es el resultado del esfuerzo y la paciencia en el dominio de uno mismo. La presencia de la tranquilidad
en nuestra vida es la señal de madurez y de un conocimiento extraordinario. El ser humano alcanza la serenidad en la medida
que se conoce así mismo y sabe que su presencia en este mundo ha sido determinada por la mano de Dios. Pablo le dijo a Timoteo
que avive el don de Dios que hay en el. Por medio de ese don aprendemos a conocer nuestra s emociones y entendemos que cada
acción tiene un efecto, al saber esto desaparece el mal comportamiento, los celos enfermizos, la congoja, el resentimiento
por mencionar algunos. El resultado de esto es la paz interna, la seguridad y la tranquilidad.
Dios te tranquilidad, paz
y armonía.
-Hno. Fredy Monterroza