Y
salió Jacob de Beerseba,
y
fue para Harán.
Y
llegó a cierto lugar y pasó la noche allí, porque el sol se había puesto;
tomó una de las piedras del lugar, la puso de cabecera y se acostó en aquel lugar. (Génesis 28.10-11)
Un pequeño niño que está muy enojado exclama: “¡Ya me voy de esta casa!” Y, sin pedir el consejo ni
la autorización de su padre ni de su madre, que pueden orientarlo sabiamente, comienza a empacar sus cosas, y toma todo lo
que él cree que necesitará … y se va a pie, o en su bicicleta. Su inexperiencia, y su mentalidad infantil no son suficientes
para que se dé cuenta de todos los difíciles problemas que se le presentarán; y no puede concebir la idea de lo que será la
realidad de vivir fuera del hogar…
—A. H. Stainback. Adaptación.
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