Pues todavía no habéis resistido hasta la sangre combatiendo contra el pecado.
¿Y habéis ya olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos?
Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor ni desmayes cuando seas reprendido por
él. Porque el Señor disciplina al que ama y castiga a todo el que recibe como hijo.
Permaneced bajo la disciplina; Dios os está tratando como a hijos. Porque, ¿qué hijo es aquel
a quien su padre no disciplina? Pero si estáis sin la disciplina de la cual todos han sido participantes, entonces sois ilegítimos,
y no hijos.
Además, teníamos a nuestros padres carnales que nos disciplinaban y les respetábamos. ¿No
obedeceremos con mayor razón al Padre de los espíritus, y viviremos? Ellos nos disciplinaban por pocos días como a ellos les
parecía, mientras que él nos disciplina para bien, a fin de que participemos de su santidad. Al momento, ninguna disciplina
parece se causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido
ejercitados. (HEBREOS 12:4-11)
Volver a Junio