Oíd hijos, la enseñanza de un padre; estad atentos para adquirir entendimiento.
No abandonéis mi instrucción, porque yo os doy buena enseñanza.
Pues yo también fui hijo de mi padre, tierno y singular delante de mi madre.
Y él me enseñaba y me decía: “Retenga tu corazón mis palabras; guarda mis mandamientos
y vivirás.”
¡Adquiere sabiduría! ¡Adquiere entendimiento!
No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca.
No la abandones, y ella te guardará; ámala, y te preservará.
¡Sabiduría ante todo! ¡Adquiere sabiduría!
Y antes que toda posesión, adquiere entendimiento. Apréciala, y ella te levantará; y cuando
la hayas abrazado, te honrará. Diadema de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te otorgará. Escucha, hijo mío, y recibe
mis dichos; y se te multiplicarán años de vida. En el camino de la sabiduría te he instruido, y por sendas de rectitud te
he hecho andar. Cuando camines, tus pasos no hallarán impedimento; y si corres, no tropezarás. (PROVERBIOS 4:1-12)
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