No robarás.
No
confiéis en la opresión, ni os envanezcáis con la rapiña.
Aunque
se incremente la riqueza, no pongáis en ella el corazón.
Una
vez habló Dios; dos veces he oído esto: que en Dios hay fortaleza.
También
en ti, oh Señor, hay misericordia; pues tú pagas a cada uno según su obra.
A los ricos de la edad presente
manda que no sean altivos, ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios quien nos provee todas
las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, que sean generosos y
dispuestos a compartir, atesorando para sí buen fundamento para el porvenir, para que echen mano de la vida verdadera.
El que roba no robe más, sino que trabaje esforzadamente,
haciendo con sus propias manos lo que es bueno, para tener qué compartir con el que tenga necesidad. (ÉXODO 20:15; SALMO 62:10-12; 1 TIMOTEO 6:17-19; EFESIOS 4:28)
Lea:
PROVERBIOS
1:10-19; 10:2;
ISAÍAS
10:1-4; MALAQUÍAS
3:6-12; TITO 2:9, 10
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