Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos
de la vieja levadura, para que seáis una nueva masa, como sois sin levadura: porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido
sacrificado.
Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de
maldad, sino con pan sin levadura, de sinceridad y de verdad.
Y si invocáis como Padre a aquel que juzga según la obra de cada uno sin hacer distinción
de personas, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación. Tened presente que habéis sido rescatados de vuestra
vana manera de vivir, la cual heredasteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. El, a la verdad, fue destinado desde antes de la fundación
del mundo, pero ha sido manifestado en los últimos tiempos por causa de vosotros. Por medio de él creéis en Dios, quien lo
resucitó de entre los muertos y le ha dado gloria; de modo que vuestra fe y esperanza estén en Dios.
Habiendo purificado vuestras almas en obediencia a la verdad para un amor fraternal no fingido,
amaos los unos a los otros ardientemente y de corazón puro. (1 CORINTIOS 5:6-8; 1 PEDRO 1:17-22)
Lea: ÉXODO 12—13;
JUAN 1:19-36; HEBREOS
2:11-18; APOCALIPSIS 13:8
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