Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él y dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo! Este es aquel de quien dije: “Después de mí viene un hombre que ha llegado a ser antes
de mí, porque era primero que yo.” Yo no le conocía; pero para que él fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando
en agua.
Juan dio testimonio diciendo: He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y
posó sobre él. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas descender
el Espíritu y posar sobre él, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo.” Yo le he visto y he dado testimonio de que
éste es el Hijo de Dios.
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los
ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas y millares de millares. Y decían a gran voz: (Juan 1.29-34)
“Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder, las
riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.” APOCALIPSIS 5:11-12
Lea: GÉNESIS 22:1-19; HEBREOS 9:11-28; 1 PEDRO 1:18-20; APOCALIPSIS 5
al 7; 21:9; 22:4
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