Jehová dijo a Moisés: Traeré una sola plaga más sobre el faraón y sobre Egipto. Después de esto, él os dejará ir de aquí. Cuando os deje ir, él os echará de aquí por completo.
Habla, pues, al pueblo para que cada hombre
pida a su vecino, y cada mujer a su vecina, objetos de plata y de oro. Jehová dio gracia al pueblo ante los ojos de los egipcios.
El mismo Moisés era considerado como un gran hombre en la tierra de Egipto. Tanto a los ojos de los servidores del faraón,
como a los ojos del pueblo.
Entonces dijo Moisés: Así ha dicho Jehová:
“Como a la media noche yo pasaré por en medio de Egipto. Y todo primogénito en la tierra de Egipto morirá, desde el
primogénito del faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino, y todo primerizo
del ganado. Habrá un gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca lo hubo ni lo habrá. Pero entre todos los hijos de
Israel, ni un perro les ladrará, ni a los hombres ni a los animales, para que sepáis que Jehová hace distinción entre los
egipcios y los israelitas.” Entonces vendrán a mí todos estos tus servidores, y postrados delante de mí dirán: “Sal
tú, y todo el pueblo que te sigue.” Y después de esto, yo saldré.
Salió muy enojado de la presencia del
faraón. Y Jehová dijo a Moisés: Faraón no os escuchará, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto. Moisés
y Aarón hicieron todos estos prodigios delante del faraón. Pero Jehová endureció el corazón del faraón, y éste no dejó ir
de su tierra a los hijos de Israel. (Éxodo 11.1-10)
Lea estos pasajes relacionados:
ÉXODO 4:22, 23; SALMOS 105:23-38; 135:8, 9; 136:10-12; ROMANOS 9:14-21; HEBREOS 11:28
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