Moisés convocó a todos los ancianos de
Israel y les dijo: Sacad y tomad del rebaño para vuestras familias, y sacrificad el cordero pascual. Tomad luego un manojo
de hisopo y empapadlo en sangre que está en la vasija, y untad el dintel y los postes de la puerta con la parte de la sangre
que está en la vasija. Ninguno de vosotros salga de la puerta de su casa hasta mañana. Porque Jehová pasará matando a los
egipcios, y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará de largo aquella puerta y no dejará entrar en vuestras
casas al destructor para matar. Guardaréis estas palabras como ley para vosotros y para vuestros hijos, para siempre. Cuando
hayáis entrado en la tierra que Jehová os dará, como lo prometió, guardaréis este rito. Y cuando os pregunten vuestros hijos:
“¿Qué significa este rito para vosotros?”, vosotros les responderéis: “Este es el sacrificio de la Pascua
de Jehová, quien pasó de largo las casas de los hijos de Israel cuando mató a los egipcios y libró nuestras casas.”
Entonces el pueblo se inclinó y adoró.
Los hijos de Israel fueron y lo hicieron; como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron. (Éxodo 12.21-28)
ÉXODO 12:21-28
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