Por tanto, oídme, hombres entendidos.
¡Lejos esté de Dios la impiedad, y del Todopoderoso la iniquidad!
Porque él retribuye al hombre de acuerdo
con sus obras, y hace que cada uno halle lo que corresponde a sus caminos Realmente, Dios no hará injusticia: el Todopoderoso
no pervertirá el derecho. (Job 34.10-12)
El Todopoderoso, a quien no podemos alcanzar,
es sublime en poder y en justicia.
Es grande en rectitud; no oprime.
Por tanto, le temen los hombres.
El no mira a ninguno de los que se creen
sabios. (Job 37.23-24)
El que habita al abrigo del Altísimo morará
bajo la sombra del Todopoderoso.
Diré yo a Jehová: “¡Refugio mío
y castillo mío, mi Dios en quien confío!”
Porque él te librará de la trampa del
cazador y de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de
sus alas te refugiarás; escudo y defensa es su verdad. (Salmo 91.1-4)
“Yo soy el Alfa y la Omega”,
dice el Señor Dios, “el que es, y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” (Apocalipsis
1.8)
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21:22-27