Aconteció cierto día, cuando sus hijos
y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano, el primogénito, que un mensajero llegó a Job y le dijo:
Estando los bueyes arando, y las asnas paciendo cerca de ellos, cayeron de sorpresa los sabeos y se los llevaron. Y a los
criados mataron a filo de espada.
Sólo yo escapé para darte la noticia.
Todavía estaba éste hablando, cuando llegó
otro y le dijo: ¡Fuego de Dios cayó del cielo, y quemó las ovejas y consumió a los criados!
Sólo yo escapé para darte la noticia.
Todavía estaba éste hablando, cuando llegó
otro y le dijo: Los caldeos formaron tres escuadrones, arremetieron contra los camellos y se los llevaron. Y mataron a los
criados a filo de espada. Sólo yo escapé para darte la noticia.
Todavía estaba éste hablando, cuando llegó
otro y le dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano, el primogénito. Y he aquí
que un fuerte viento vino del otro lado del desierto y golpeó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes,
y murieron. Sólo yo escapé para darte la noticia.
Entonces Job se levantó, rasgó su manto
y se rapó la cabeza; se postró a tierra y adoró. Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová
dio, y Jehová quitó. ¡Sea bendito el nombre de Jehová! En todo esto Job no pecó ni atribuyó a Dios despropósito alguno. (JOB 1:13-22)
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