Cierto día Jacob preparó un guisado. Y
cuando Easú volvía del campo, cansado, dijo a Jacob: Por favor, invítame a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado.
Por eso fue llamado su nombre Edom. Y
Jacob respondió: Véndeme primero tu primogenitura.
Entonces Esaú dijo: He aquí que yo me
voy a morir; ¿de qué, pues, me servirá la primogenitura?
Dijo Jacob: ¡Júramelo ahora!
El se lo juró y vendió a Jacob su primogenitura.
Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. El comió y bebió, y levantándose, se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.
(Génesis 25.29-34)
“Yo os he amado”, ha dicho
Jehová. “Pero vosotros decís: ‘¿En qué nos has amado?’ ¿Acaso Esaú no era hermano de Jacob?, dice Jehová.
Sin embargo, yo amé a Jacob y aborrecí a Esaú; convertí sus montes en desolación y di su posesión a los chacales del desierto.”
(Malaquías 1.2-3)
Que ninguno sea inmoral ni profano como
Esaú que por una sola comida vendió su propia primogenitura. Porque ya sabéis que fue reprobado, a pesar de que después quería
heredar la bendición, porque no halló más ocasión de arrepentimiento, aunque lo buscó con lágrimas. (Hebreos 12.16-17)
Lea estos pasajes relacionados:
GÉNESIS 27
-36; SALMO 60; ABDÍAS
Volver a Enero