Aconteció después de estas cosas que Dios probó a Abraham, diciéndole: Abraham.
El respondió: Heme aquí.
Y le dijo: Toma a tu hijo, a tu único, a Isaac a quien amas, Vé a la tierra de Moriah y ofrécelo
allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham edificó allí un altar.
Arregló la leña, ató a Isaac su hijo y lo puso sobre el altar encima de la leña.
Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de
Jehová llamó desde el cielo diciendo: ¡Abraham! ¡Abraham!
El respondió: Heme aquí.
Y le dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora conozco
que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único.
Entonces Abraham alzó la vista y miró, y he aquí que detrás de sí estaba un carnero
trabado por sus cuernos en un matorral. Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Abraham
llamó el nombre de aquel lugar Jehová-yireh. Por eso se dice hasta hoy: “En el monte de Jehová será provisto.”
(GÉNESIS 22:1, 2, 9-14)
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados. (1 JUAN 4:10)
Lea estos pasajes relacionados:
GÉNESIS 22:15-19; JUAN 3:16;
ROMANOS 8:31-39; HEBREOS 11:17-19