Sarai, mujer de Abram, no le daba hijos;
pero ella tenía una sierva egipcia que se llamaba Agar. Entonces Sarai dijo a Abram: He aquí que Jehová me ha impedido concebir.
Únete, por favor a mi sierva; quizás yo tenga hijos por medio de ella.
Abram hizo caso de las palabras de Sarai.
Y Sarai su mujer tomó a Agar, su sierva egipcia, después de haber vivido diez años en la tierra de Canaán, y se la dio por
mujer a Abram su marido. Abram se unió a Agar, y ella concibió.
Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram
llamó el nombre de su hijo que le dio
Agar, Ismael. Abram tenía 86 años cuando
Agar le dio a luz a Ismael.
Jehová favoreció a Sara, como había dicho.
Jehová hizo con Sara como había prometido, y ella concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo que Dios
le había indicado. Abraham llamó el nombre de su hijo que había nacido, y que Sara le había dado a luz, Isaac. Y circuncidó
Abraham a su hijo Isaac al octavo día, como Dios le había mandado. Abraham tenía 100 años cuando le nació su hijo Isaac. (GÉNESIS 16:1-4a, 15, 16; 21:1-5)
Por la fe, a pesar de que Sara misma era
estéril, él recibió fuerzas para engendrar un hijo cuando había pasado de la edad; porque consideró que el que lo había prometido
era fiel.
(Hebreos 11:11)
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relacionados:
GÉNESIS 21:6-21; HECHOS 7:1-8; ROMANOS 4; GÁLATAS 4:22-31
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