Después de estas cosas vino
la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande. Abram
respondió:
Oh Señor Jehová, ¿qué me
has de dar? Pues continúo son hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer, de Damasco. Añadió Abram: A mí no me has dado
descendencia, y he aquí me heredará un criado nacido en mi casa.
Y he aquí que la palabra
de Jehová vino a él diciendo:
No será éste el que te herede,
sino que alguien que salga de tus entrañas será el que te herede.
Entonces lo llevó fuera y
le dijo:
Mira, por favor, al cielo
y cuenta las estrellas, si acaso las puedes contar.
Y añadió: Así será tu descendencia.
Y Abram creyó a Jehová, y
le fue contado por justicia. (Génesis 15:1-6)
Pero no sólo para él fue
escrito que le fue contada, sino también para nosotros, a quienes nos habría de ser contada: a los que creemos en el que resucitó
de entre los muertos, a Jesús nuestro Señor, quien fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra
justificación. (Romanos 4:23-25)
Lea estos pasajes
relacionados:
GÉNESIS 21:1-5; ROMANOS 4; GÁLATAS 3:1-9
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