Palabra de Jehová que vino a Jeremías diciendo: Levantate y vete a
casa del alfarero, y ahí te haré oir mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.
Y la vasija de barro que él hacía se hecho a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, segun le pareció mejor hacerla.
Entonces vino a mí Palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como éste alfarero, oh casa de Israel?
dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. (Jer.18:1-6)
Dios le dice al profeta que en su soberanía él puede tomar la vasija hechada a perder y
hacerla otra vez para convertirla en una vasija mejor y útil para su servicio y gloria. Cuantas veces nosotros nos hemos encontrado
en situaciones en las que ya no podemos seguir adelante pensando que Dios nos a avandonado. No pensamos que nuestro Señor
tiene un proposito en nuestra vida.
Me condujistes, oh Jehová, y fuí seducido; mas fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada
día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción;
porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. (Jer.20:7-8)
Probablemente te identifiques con la situación de Jeremías, pero ten por cierto que Dios
no te dará una prueba sin darte una salida, si tú estás pasando por alguna situación en tu vida como cristiano, como lider,
como un afisionado solamente; dejame decirte que hay un proposito. Como cristiano el Señor desea convertirte en alguien que
sea firme en su fe, y que nada pueda moverte del evangelio. Como líder el quiere que seas capaz de anunciar las buenas nuevas
a pesar del escarnio a que aveces eres sometido por su amor. Y como aspirante para que dejes de verlo de lejos y te acerques
mas a él, para que tengas una comunión genuina y que seas participante de sus promesas y que no te pierdas, sino que puedas
tener la vida eterna.
Leí una nota en el Inter acerca de una taza de barro. Dice que una vez en Inglaterra, existía
una pareja que gustaba visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Una de sus tiendas favoritas era donde vendian
vajillas antiguas. Una vez vez vieron una hermosa tacita. Dijo la señora al dueño de la tienda: ¿me permite ver esta taza?
¡nunca he visto algo tan fino como esto!
En cuanto tomó la taza en sus manos escuchó que la tacita comenzó a hablar. La tacita le
comentó: "Usted no entiende, yo no siempre he sido esta taza que usted esta sosteniendo. Hace mucho tiempo yo solo era un
monton de barro amorfo. mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y me moldeó cariñosamente. Llegó un momento en que
me desesperé y le grité: ¡Por favor! ¡Ya dejame en Paz! Pero mi amo solo me sonrió y me dijo: aguanta un poco más, todavía
no es tiempo. Después me puso en un horno, yo nunca había sentido tanto calor. Me pregunté por que mi amo querría quemarme,
así que toqué la puerta del horno. A través de la ventana del horno pude leer los lavios de mi amo que me decían: Aguanta
un poco más, todavía no es tiempo.
Finalmente se abrió la puerta. Mi amo me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara.
¡Así esta mucho mejor! me dije a mi misma. Pero apenas me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintandome.
El olor de la pintura era horrible. Sentía que me ahogaba. Por favor detente le gritaba a mi amo; pero él solo movía la cabeza
haciendo un gesto negativo y decía: Aguanta un poco más, todavía no es tiempo.
Al fin mi amo dejó de pintarme; pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno.
No era un horno como el primero; sino que era mucho más caliente. Ahora si estaba segura que me sofocaría. Le rogué y le imploré
a mi amo que me sacara. Grité, lloré, pero mi creador solo me miraba diciendo: Aguanta un poco más, todavía no es tiempo.
En ese momento me di cuenta que no había esperanza. Nunca lograría sobrevir a ese horno. Justo cuando estaba apunto de darme
por vencida se abrió la puerta y mi amo me tomó cariñosamente y me puso en una repisa que era aun más alta que la primera.
Allí me dejo un momento para que me refrescara. Después de una hora de haber salido del
segundo horno, mi amo me dió un espejo y me dijo: ¡Mírate, ésta eres tú!
¡No podía creerlo! ¡Esta no podía ser yo! lo que veía era hermoso. Mi amo nuevamente me
dijo: Yo se que dolió haber sido golpeada y amoldeada por mis manos; pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado.
Se que te causó mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado.
Tambien se que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color.
Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría sido la
suficiente para que subsistieras. Ahora tú eres un producto terminado. Eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar".
Jeremías aprendió a resistir todo con tal de agradar a Dios, En el versiculo 9 dice: No
me acordaré mas de él, ni hablaré mas en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en
mis huesos; traté de sufrirlo y no pude..
Puede ser que en éste mismo momento quieras abandonar tu privilegio, tu ministerio y ya
no quieras predicar el evangelio, servir en la iglesia a la que el Señor te ha llamado. Pastor no te desanimes sigue adelante
que Dios quiere mostrarte cosas nuevas para el beneficio de la obra, sigue adelante. Puede ser que todavía no sea el tiempo
que tu as esperado para ver el fruto que tu deseas, persevera que el nuevo escalon está cerca de tí, ya falta poco para
que lo logres. Jeremías ya no quería predicar al Señor, pero él mismo dice que dentro de él había un fuego que lo quemaba
y que no le dejaba en paz, y que nuevamente se volcó a entregar el mensaje que Dios quería.
Acuerdate de que somos barro en las manos del Señor, y que él tiene la potestad de hacer
de nosotros lo que él quiera. Gracias a Dios que el deseo de él es hacer de nosotros una vasija preciosa para que podamos
hacer su voluntad, nunca nos obligara a vivir algo que no podamos soportar, él nos moldea para darnos una mejor forma.
Que mi Señor te bendiga y te guarde.
Hno. Fredy Monterroza.
Volver