La Palabra
de Dios es viva y eficaz
“Porque la palabra
de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas
y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).
En uno de los devocionales
de la Universidad de Oral Roberts, Lindsay
Roberts cuenta que cuando el atentado a las Torres Gemelas estaba pendiente de la información minuto a minuto, tal como el
mundo entero. Pero Dios le habló y le dijo: “¿Estás tan pendiente de mis dichos,
de mi Palabra, como lo estás de la información que transmiten los medios de comunicación?” Por supuesto, la respuesta
fue: “No, Señor.”
Esto me ha llevado
a preguntarme: ¿Cuántos cristianos viven derrotados, como si Cristo estuviese muerto y no vivo, porque están más pendientes
de lo que pasa en el mundo sin Dios, que de lo que dicen Las Escrituras? Muchos viven al amparo de los presagios del mundo
de las tinieblas, de satanás y de su diabólico sistema. Y de paso le aclaro que satanás no es el príncipe de lo creado, del
mundo y de los que en él habitan, porque eso es propiedad absoluta de Dios. Él es el príncipe del sistema mundial, del espíritu
que gobierna mundialmente la mente de muchos hombres y mujeres que no tienen a Dios en su vida. ¡Pero no del planeta Tierra!!!!
¿Y cuántos cristianos
viven al AMPARO DE LA CERTEZA de que tal sistema fue vencido, por nosotros y por todos, en la cruz del Calvario?
¿Cuántos cristianos
viven la certeza de que
“Dios
se ha propuesto reunir toda las cosas
en Cristo”?
¡¡Esa es la promesa
que descansa muy por encima de los presagios del mundo sin Dios!!! La tierra será
llena del conocimiento de Su gloria antes que Cristo regrese.
Pero esta TAN GRANDE
CERTEZA, se edifica día a día, mediante pequeños ladrillos de fe en las promesas de nuestro Padre.
Por cada mala noticia
o mal presagio, tenemos que aprender a decir como Jesucristo:
ESCRITO ESTÁ…
Y repetir la Palabra
de Dios concerniente a la situación que enfrentamos, o que tiene que ver con ella, o con la noticia que escuchamos. Porque
esa “Palabra es viva y eficaz y más penetrante que espada de doble filo”, y revierte lo malo.
Esa Palabra es “el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios,…Y ese Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros”, y es
Jesucristo. Él es la Palabra, el logos, que vino a vencer los resultados del pecado, de la desobediencia de Adán y Eva, para
revertir la maldición que allí cayó sobre toda la humanidad.
En el Edén Dios hizo
la MÁS GRANDE PROMESA DE TODOS LOS SIGLOS:
“ella,
la serpiente, te herirá en el calcañar,
pero ¡ tu
simiente, la simiente de la mujer, te herirá en la cabeza!!!”
Los cristianos tenemos el arma “para borrar a satanás de la historia de la humanidad y llenar el mundo con la salud
de Dios”.
Deje de repetir la
información nefasta que transmiten los medios de comunicación sobre el futuro del planeta Tierra, y
¡comience
a repetir la verdad de Dios,
sobre el mundo
entero,
sobre su nación,
y sobre su vida y la vida de los suyos!
Sí, hable la Palabra
de Dios al corazón de todas las naciones del mundo. Declare sobre ellas las Buenas
Noticias de la Verdad de Dios.
Porque para cada mal pronóstico del mundo natural, Dios
tiene una respuesta sobrenatural. Y los cristianos hemos sido llamados a
“llamar
las cosas que no son,
como si fuesen”
(Romanos 4:17)
Todo lo bueno que desee ver en su nación, en el mundo,
y en los suyos comience a proclamarlo por medio de la Palabra de Dios, porque esa Palabra es viva y produce vida. Mientras
usted la repite, esa Palabra va actuando hasta lograr que el ¡día sea perfecto!!!
Debemos hacer de esto un hábito porque, tal como dice
Samuel Smiles: “Siembra un pensamiento
y cosecharás una acción; siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter; siembra un
carácter y cosecharás un destino”. Y hemos sido llamados a sembrar el destino divino no sólo en los nuestros, sino en todas las naciones de la tierra. A escribir la voluntad de Dios no sólo en el corazón de los hombres, sino
en el corazón de las naciones. Sí, porque cada nación, como entidad, tiene oídos, ojos, corazón y voluntad o poder de
elección, tal como el Dios de los cielos, Su Dueño. Y debemos enseñarles a decidir según la voluntad del Padre que está en
los cielos, porque lo bueno para cada nación, no depende ni proviene del hombre, o del esfuerzo humano, sino de la bendición
de Dios. Porque únicamente Su bendición, enriquece y
no añade tristeza con ella.
Dios le mandó al profeta hablarle a los huesos muertos para que viviesen, y los huesos cobraron vida!!! Háblele a los huesos
muertos de un mundo sin Dios, a los fracasos del hombre, a las injusticias, y cambie el mundo mediante la Verdad de Dios.
Jesucristo dijo: “Toda potestad me ha sido dada, en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra…
y he aquí, os doy potestad para que todo lo que atares en la tierra, sea atado en los cielos, y todo lo que desatares en la
tierra, sea desatado en los cielos.” Si usted es cristiano, ¡DESPIERTE!
y tome el hábito de sembrar la salud divina en las naciones a diario. Dios nos ha regalado Su gracia con un propósito
mucho más alto que gozarnos en Cristo, y es: hacer que el mundo entero se goce en Su salvación. Sí, entendió bien, hacer que el mundo entero se goce en Él. Y si no despierta, va a tener que responder por la sangre de los que
se pierdan, tal como dice Ezequiel 3:18-21. No hemos sido llamados a jugar a ser cristianos, ni a asistir a la iglesia para
que nuestras necesidades sean suplidas, somos hijos de Dios, y Él proveerá para todas sus necesidades si usted se dedica a
satisfacer las necesidades de los demás y a sembrar la salud de Dios en el mundo. Los cristianos tenemos la obligación y el deber de regalarle a Jesucristo cada día la alegría de gozarse por el fruto de Su Obra en
la Cruz del Calvario. Tal como dije en otra oportunidad, Jesucristo
no se merece menos, ¡¡¡ni quiere menos!!!!
Siembre todo el bien
que pueda, ayude a otros todo lo que pueda, porque lo que siembre regresará convertido en la solución de Dios para sus problemas.
Si los cristianos
se dedicaran más a consolar a los que sufren y a proclamar la Verdad de Dios sobre lo negativo, los líderes de las iglesias
no tendrían que orar tanto por los que hace años que están en la iglesia y están llenos de necesidades.
Jesús lo puso muy
en claro cuando dijo:
“Buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas
estas cosas os serán añadidas”
(Mateo 6:33)
Y no estoy diciendo que no va a tener problemas, sino simplemente que cuando los tenga, le será muy fácil encontrar la solución
porque habrá madurado como para ser
“más
que victorioso en Cristo Jesús.”
Que Dios le bendiga
y le guíe en todo, por medio del Consolador que nos ha sido dado para “guiarnos a toda verdad”.
Con el mayor aprecio
en Cristo Jesús, nuestro común Salvador y Amigo, y nuestro “todo en todo”.
Nilda E. Sassaroli
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