Muchos cristianos son como las carretillas. No sirven si no son empujados.
Algunos son como las canoas. Necesitan moverse a remo.
Algunos son como los papalotes. Si no se mantienen amarrados se los lleva el viento.
Algunos son como las pelotas de fútbol. No se sabe en que dirección van a rebotar.
Algunos son como los globos. Llenos de aire y listos para explotar.
Algunos son como los carros de remolque. Necesitan ser alados.
Algunos son como las luces de neón. Se encienden y se apagan.
Y nos gustaría añadir. Algunos son como un buen reloj: de cara franca, oro puro, tranquilamente ocupados en hacer
muchas buenas obras.
Bendiciones
Hno. Fredy Monterroza.
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