No digas “Padre”, si no te portas como un hijo.
No digas “Nuestro”, si vives aislado en tu egoísmo.
No digas “Que estas en los cielos”, si solo piensas en las
cosas terrenales.
No digas “Santificado sea tu nombre”, si no me honras.
No digas “Venga a nosotros tu reino”, si lo confundes con
el éxito material.
No digas “Hágase tu voluntad”, si no lo aceptas cuando es
doloroso.
No digas “El pan nuestro dánoslo hoy”, si no te preocupas
de la gente que tiene hambre.
No digas “Perdona nuestras deudas”, si guardas rencor a tu
hermano.
No digas “No nos dejes caer en tentación”, si tienes intenciones
de seguir pecando.
No digas “Líbranos del mal”, si no tomas partido contra el
mal.
No digas “Amen”, si no has tomado partido en serio de las
palabras d esta oración.
Bendiciones.
Hno. Fredy Monterroza.
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