La palabra más importante que tenemos, aparte
de los nombres propios, es la palabra relación. Dirá usted: Pero la palabra amor tiene que ser la palabra más importante.
Yo le pregunto, sin embargo: “¿A dónde se
encamina el amor si no hay una relación?
La relación es el riel. El amor es el tren que camina sobre el riel. El
amor se mueve por medio de una relación.
Pero la cosa que satisface el deseo más profundo
de su ser es una relación con alguien.” Quizá piense usted que desea ser un Cervantes y encaminarse con un don Quijote.
Pero don Quijote no se quedó en la planicie todo el tiempo, y usted tampoco. ¿Por qué? Porque hay algo en la naturaleza de
las personas, hay algo inherente en las gentes que anhela ser deseado, necesitado, satisfecho. Tales deseos sólo se satisfacen
mediante relaciones.
Una pequeña reflexión conducirá a unas evidencias
pero sorprendentes conclusiones. Primero, piense en los momentos de crisis en su vida:
Como un niño separado de sus padres.
Como un niño enojado con sus padres.
Como un adolescente rompiendo un noviazgo.
El resentimiento y la falta de comprensión
que lo distanció de un amigo.
Quizá la pérdida de un padre o compañero;
recuerde el vacío, el corazón destrozado.
Entonces un argumento o quizá el divorcio de
su esposo o esposa.
La crisis con un empleado o un patrón.
Épocas de resentimiento o ruptura en la
familia.
Hoy, la zozobra en los negocios, en su
iglesia.
Enumere todos los momentos negros, tristes de
su vida y verá que la mayoría de estos momentos fueron creados por relaciones quebrantadas o tensas.
Cada negocio en quiebra, cada hogar desmembrado,
cada amistad distanciada es una relación quebrantada. Añada esto a los problemas de la ciudad, de la nación, de las
naciones, a cada crimen cometido, a cada guerra desatada desde el albor de la historia las que han ocasionado esperanzas fallidas,
vidas destrozadas y sueños frustrados por causa de malas relaciones.
Ahora considere todos los momentos maravillosos,
cálidos, de gozo. ¿Se acuerda?
El cálido abrazo en los brazos de sus padres.
Las risitas al corretear con sus amigos o hermanos
y hermanas en la luz dorada de una tardecita veraniega.
El éxtasis de su primer encuentro con el guapo
galán.
El gozo o la mirada de entusiasmo con sus
compañeros de trabajo.
Todas estas relaciones lo hacen ser lo que usted
es.
Las relaciones correctas con los padres lo preparan
mental y emocionalmente para el matrimonio o para recibir al niño que llega al hogar: nuevas relaciones.
Los días especiales de gozo: cumpleaños, aniversarios,
Navidad, satisfacen por causa de relaciones maravillosas y cálidas.
Manten esas buenas relaciones con todos, recuerde
que todo lo que se siembra se cosecha.
Bendiciones.
Hno. Fredy Monterroza.
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